Al cierre del primer trimestre 23,834 proyectos públicos registran un avance nulo

En el caso de los Gobiernos regionales, salud es el sector más perjudicado, pese al terrible contexto que se viene experimentando

Concluido el primer trimestre de 2024, es pertinente repasar el rendimiento de la inversión pública y así conocer en detalle, cómo vienen avanzando las obras destinadas a mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos. Los datos del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) muestran que, durante este periodo, la inversión pública fue igual a S/ 9,537 millones, un 35.2% más con respecto al mismo trimestre del año previo y un 14.9% de todo el presupuesto asignado para este año. 

El Gobierno nacional fue el que más invirtió entre los tres niveles de Gobierno, con S/ 4,394 millones, lo que significó un crecimiento del 14.6% respecto del primer trimestre de 2023. 

Los Gobiernos regionales (Gore) ejecutaron S/ 2,240 millones en el mismo periodo, mientras que los Gobiernos municipales, S/ 2,903 millones. Estos resultados representaron un importante aumento con relación al año pasado (+83.7% para los Gore y +45.3% para las municipalidades). Cabe resaltar que 2023 fue el primer año de gestión de las autoridades subnacionales, en el cual, históricamente, suelen gastar menos recursos. 

En términos del porcentaje de ejecución, los tres niveles demostraron avances similares: 15.6% para el Gobierno nacional, 13.9% para los Gobiernos regionales y 15.1% para las municipalidades.

Dicho lo anterior, el avance de los Gobiernos subnacionales (región y municipalidades provinciales y distritales) no ha sido uniforme entre los departamentos. En la mayoría de los casos, el avance tanto de los Gore como de las municipalidades osciló entre un 10% y un 20%, con el Gobiernos regionales de Ayacucho y Junín como los únicos que han superado la barrera del 30%. 

En el lado negativo, tenemos a los Gore Áncash, La Libertad, Callao, Amazonas, Huancavelica y Puno, y a las municipalidades de Madre de Dios, Pasco, Huánuco y Apurímac, como las instituciones que no han superado un 10% de ejecución de su presupuesto para inversión pública. 

AVANCE NULO ES CONSIDERABLE

Pese a que los datos generales de los tres niveles de Gobierno mostraron mejores resultados que en 2023, es importante señalar que aún persisten varios casos de proyectos para los cuales aún no se ha ejecutado ni un sol. Si tomamos en cuenta las obras con un presupuesto positivo para 2024, al cierre del primer trimestre, existen en total 23,834 que registran un avance nulo. Como se observa, la gran mayoría pertenecen a los Gobiernos locales y representan alrededor de S/ 9,838 millones. Mucho más atrás se encuentran los Gobiernos regionales y el Gobierno nacional, pero es sorpresivo que ambos posean una cantidad similar de proyectos sin ejecución. Esto habla muy mal de las entidades del Gobierno nacional, ya que cuentan con muchos más recursos monetarios y de mano de obra (y de mayor calidad) que cualquier Gore o municipalidad.  

De igual forma, sobresale que los sectores más perjudicados por el no hacer de las municipalidades sean transporte, saneamiento y educación, los tres con alto impacto social y múltiples brechas por cerrar. Mientras tanto, en el caso de los Gobiernos regionales, salud es el sector más perjudicado, pese al terrible contexto que se viene experimentando (dengue, falta de medicamentos, anemia, etc.). 

Esta situación demuestra, una vez más, los grandes problemas de las entidades gubernamentales para llevar a cabo su tarea. De hecho, recientemente, el MEF realizó la primera medición oficial del Estado acerca de cuán bien se administran y ejecutan las inversiones, por medio del Índice de Gestión de las Inversiones Públicas, y, para sorpresa de pocos, el resultado general para los tres niveles de Gobierno muestra que ninguno es capaz de lograr, aunque sea, la mitad del puntaje máximo establecido[1]. 

Paradójicamente, no es la ejecución de las obras en sí en lo que peor rinden nuestras autoridades, sino en aspectos íntimamente relacionados con esta. Por un lado, cómo se programa toda la cartera de inversiones, para identificar las brechas que se buscar cerrar, así como los objetivos y metas específicos que los proyectos deberían atacar; y, por el otro, evaluar y cuidar ex post las inversiones, con el fin de obtener lecciones aprendidas y fomentar una rendición de cuentas. 

Pasan los años y parece que la única constante de la inversión pública es que todavía queda mucho por mejorar. Quizás es momento de discutir y plantear cambios esenciales en la administración de los recursos públicos, pues el sistema actual, especialmente en el ámbito de la descentralización, no da indicios de salir del bache en el que se encuentra.

 

Con información vía ComexPerú https://www.comexperu.org.pe/

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