La falta de mercados de venta y los exorbitantes costes de producción demuestran adónde conduce la utopía de la izquierda verde en Alemania: a la desindustrialización. Lo que Robert Habeck celebró como un proyecto de prestigio ha terminado siendo un desastre económico.
La transición energética está consumiendo miles de millones de dólares, sin beneficiar al clima, pero causando daños trascendentales a la economía. Las ventajas geográficas de Alemania, antiguo líder mundial en exportaciones, están siendo destruidas por mandatos ideológicos, la intervención gubernamental y el dictado de la neutralidad climática, consagrado en la Ley Fundamental por Friedrich Merz. Esto no impulsa el crecimiento; destruye cualquier posibilidad de recuperación económica.
La verdad es que el acero verde no es competitivo, como tampoco lo es una nación industrializada que busca una utopía verde. Ni siquiera destinar miles de millones en subsidios pueden ocultar las fallas del mercado. Solo la organización política de derecha, Alternativa por Alemania AfD dice: “Basta de economías planificadas y controladas por el clima, basta de tumbas de miles de millones de dólares sin beneficios. Queremos energía asequible en lugar de prohibiciones ideológicas, y sentido común industrial en lugar de fantasía verde”.
El Canciller Friedrich Merz preparó el insostenible paquete de deuda durante la campaña electoral, siendo el mayor fraude electoral de todos los tiempos.
Durante la campaña electoral, Friedrich Merz, de la Unión Demócrata Crsitiana o CDU, prometió a la ciudadanía un cambio radical en la política climática y de deuda. ¿Cómo lo haría? Con la suspensión de la ley de calefacción, la retirada de los objetivos climáticos y ayudas amplias, en lugar de cargas.
Pero apenas celebradas las elecciones, llegó la traición política: tras la derrota de la mayoría parlamentaria, Merz impuso la neutralidad climática en la Ley Fundamental, justo después de la fecha de las elecciones y contradiciendo todas las promesas.
Muchos acusaron a Merz de no querer cumplir sus compromisos de campaña -como la adhesión al freno de la deuda- y de engañar deliberadamente a los votantes. De hecho, Merz aparentemente encargó elaborar un informe confidencial desde el principio para examinar legalmente las posibilidades de su endeudamiento masivo, mientras prometía austeridad en programas de televisión. De confirmarse esta sospecha, constituiría nada menos que el abuso más descarado de los procesos democráticos que la República Federal haya experimentado jamás.
Lo que ya está claro: Merz, la CDU y sus aliados dejan tras de sí un proyecto de deuda de proporciones históricas. Las siguientes generaciones sufrirán el peso de una política climática ideológica que el Canciller no solo apoyó, sino que también diseñó políticamente. Sus ambiciones de coalición se antepusieron a los intereses del país y sus ciudadanos.
Solo la AfD defiende una política que se fundamenta en el cumplimiento de su palabra y el priorizar los intereses de la ciudadanía. Por eso, AfD exige la retirada de la neutralidad climática de la Ley Fundamental y el restablecimiento de la rendición de cuentas democrática ante los votantes y lanza este mensaje al gobierno: quien utilice falsas promesas electorales para asegurar su carrera política, ha perdido toda la confianza que los ciudadanos podrían otorgarle.
Lo que fue la noticia:
ArcelorMittal renuncia a su plan de convertir dos fábricas en Alemania a producción verde
“La compañía alega que los costes energéticos en el país son demasiado elevados y rechaza 1.300 millones de ayuda por parte del Gobierno de Merz
Alemania ha aprobado en total 6.900 millones de euros para impulsar proyectos siderúrgicos alineados con sus objetivos climáticos, incluyendo el programa cancelado de ArcelorMittal. Otros tres proyectos de descarbonización en el sector del acero —de Salzgitter Flachstahl, Thyssenkrupp Steel Europe (TKSE) y Stahl-Holding-Saar— siguen en marcha.
Aunque el país acelera la expansión de sus redes de energía renovable, la transición energética ha resultado larga, costosa y compleja tras el colapso del suministro ruso, pese a las ayudas estatales para que la industria pesada sustituya el gas natural por hidrógeno verde. Alemania planea alcanzar la neutralidad climática en 2045”
Con información de Alternativa por Alemania AfD / traducción de la Mesa de Redacción