Sigo la figura e historia de Juana de Arco (1412-1431) y también la teoría y práctica del coaching. Nunca se me hubiese ocurrido que pudieran juntarse lo uno y lo otro; pero se le ha ocurrido a Alexandre Havard en uno de sus libros: “Coaching con Juana de Arco” (EUNSA, 2021). El autor es creador del “Liderazgo virtuoso” y se dedica al desarrollo y capacitación en esta materia. La propuesta de Havard es sugerente y sabe sacarle filo a la vida y hazañas de la Doncella de Orleans para ofrecer unos sencillos consejos a quien desee mejorar su crecimiento personal, desde una visión humanista y cristiana de la vida.
El libro está compuesto de quince consejos. En cada capítulo el autor hace que la misma Juana de Arco explique el sentido de cada uno de ellos. Presento alguno de estos consejos como pequeños aperitivos para emprender la lectura meditada del libro.
Descubre tu misión. “Tienes sed de cosas grandes, haces planes audaces, pero en tus planes no está Dios. Son tus planes, más que los de Él. Tú piedad no impregna tu existencia”. Tener planes y proyectos, no es lo mismo que haber descubierto la misión personal. Para este punto acudo al cuento de Caperucita Roja. Es la mamá quien le encarga a Caperucita que lleve los panes y la miel a la abuelita. No es Caperucita la que se presenta como voluntaria, pero en el momento en que ella acepta el encargo, éste se convierte en su misión compuesta por dos preguntas: ¿qué? Llevar los panes y la miel; ¿a quién? a la abuelita.
El autor hace hablar a Juana de Arco: “mi misión me fue dada directamente por Dios -por ángeles, por voces, por visiones- (…) En tu caso las cosas son diferente: lo que Dios espera de ti quiere comunicártelo a través de los caminos habituales de la vida interior (…) Supone que usas tu corazón, tu inteligencia, tu voluntad, tu imaginación y tu memoria, y que te liberas de una vez por todas de ese insaciable deseo de certeza y seguridad que tienes”. Encontrar el qué y el a quién de nuestra viva, combinar proyectos y misión, conseguir que caminen juntos es una de las claves esenciales de la vida lograda.
Trabaja a largo plazo. “Tienes hambre de resultados inmediatos. Quieres que se te recompense en el acto por tus esfuerzos. No sabes esperar. Te resulta difícil trabajar a largo plazo”. El hambre de resultados lo incentiva la cultura contemporánea. Se nos pide logros, nos miden con indicadores. La vida no camina, corre. Las esperas desesperan y las computadoras son cada vez más veloces. En un ambiente así, se entiende que se corra tras lo inmediato y se pierda de vista el horizonte vital del largo plazo, en donde éxitos y fracasos encajan mejor. Un poco de calma conviene poner, de ahí que “no te preocupes si los resultados tardan en llegar.
Pon tu mirada en tu misión. Ella se está abriendo camino en los corazones de los hombres. Se necesitan varias décadas para cumplir una misión. Lo importante es no dejar de luchar”.
No seas perfeccionista. “En tu lucha personal por seguir los consejos que te doy, a menudo caes. Te desmoralizas, te desanimas, te cuesta levantarte. Te gustaría que todo en tu camino fuera perfecto, te gustaría lucir una hoja de servicios inmaculada. No aceptas el fracaso; cuando se produce, te sientes humillado y abandonas la lucha…” Desde luego, nos encantaría acabar cada día con un cien sobre cien. Tantos buenos propósitos no alcanzan su objetivo. Ni somos perfectos ni estamos en un mundo perfecto. Está en nuestras manos, sin embargo, esforzarnos por alcanzar un poquito más de humanidad. “Sé humilde -aconseja Juana de Arco- de modo que siempre puedas levantarte. Es normal que caigas. Levántate cada mañana con un sano entusiasmo, que no procede de la ingenuidad sino de un espíritu luchador lleno de Fe, Esperanza y Caridad”.
Juana de Arco nos recuerda que no hay causas perdidas; difíciles, sí. Una jovencita como ella le devolvió a Francia su soberanía. Una hazaña a primera vista imposible. Pero, como en tantas causas personales o colectivas, cuando hay claridad de misión, rectitud de intención y sentido trascendente de la vida, la historia puede dar vuelcos increíbles al son de la libertad creadora y una buena dosis de largo plazo.