Algo pasa en Cuba desde el momento en que un comunicado como el de abajo sale a la luz, un comunicado firmado por cientos de católicos en el que se incluyen no solo sacerdotes sino también laicos:
“El pueblo cubano, aunque lentamente, ha ido superando y desaprendiendo la impotencia”, se afirma en la comunicación.
“Este es un camino muy importante para el empoderamiento y la recuperación de la autoestima social. Es importante que lleguemos a sentirnos más fuertes, que nos convenzamos de que podemos actuar y vivir sin estar paralizados por el miedo, para que lleguemos a expresarnos libremente, a buscar el bien y la justicia preservando la paz, y a ser críticos con nuestra realidad, porque de hecho es deber de todos contribuir a la construcción de una nueva Cuba ”.
¿“Expresarnos libremente”, “sin estar paralizados por el miedo”, siendo “críticos con nuestra realidad”? Expresiones estas que pueden ser consideradas riesgosas en la Cuba aún de los Castro, o del que queda. Pero que si son pronunciadas incluso por obispos, pueden indicar un nuevo clima de opinión que busque canales de expresión y que sienta que no sufrirá graves represalias. Quién sabe. Continúa:
La “opción fundamental para vivir en la verdad y la libertad revela nuestro verdadero poder como ciudadanos. Somos un gigante dormido que puede hacer que Cuba cambie; sólo necesita despertar”, dice el apelo.
Un panorama que se sabe desolador
“Dios trabaja con nosotros y nos pide, como le pidió a Moisés, que cumplamos nuestra parte de responsabilidad y libertad”, continúa la comunicación. “Como solía decir San Agustín, El El Dios que te creó sin ti no te salvará sin ti”. Fuerte, en un ambiente como el que algunos siguen llamando de Isla Prisión.
Recuerdo el apelo que hay unos que gozan de beneficios mientras que otros no, y esto debido comúnmente a la afiliación política.
“La frustración económica y la agotadora lucha diaria por sobrevivir causan la pérdida de un horizonte moral”, describe. “La familia cubana, centrada en la supervivencia, corre el riesgo de cerrarse a la vida. No pocas veces el anuncio de un bebé, que debería ser motivo de esperanza y alegría, se convierte en causa de incertidumbre y preocupación, y termina en aborto”.
Bien, la siniestra realidad cubana, por más que se la intente maquillar, es conocida en todo el orbe. La pregunta es si casi 70 años de castrismo y tiranía no han conseguido apagar por entero el instinto de progreso y de superación de un pueblo que en otro tiempo fue llamado la Perla de las Antillas. Por la comunicación parecería que no. Y alguien diría, si ni Lenin y Stalin pudieron, parece que tampoco los tiranos barbudos y bigotudos caribeños.
“Estamos viviendo un momento crítico en la historia de nuestra nación. Los intentos oficiales de respuesta revelan que la crisis involucra a la propia estructura de nuestro sistema, que se ha mostrado claramente opuesto a mantener un diálogo abierto y transparente, y promueve la violencia verbal, psicológica y física en lugar de buscar un debate realista e inclusivo, presentando las diferentes propuestas y conduciendo a soluciones invaluables ”, dice el llamamiento, lanzado el pasado 24 de enero y que hasta el 1 de febrero tenía más de 725 apoyos.