Leí los comentarios de un joven que dice ser uno de los pocos que creen en la Democracia. ¿El resto? Según el mencionado, la mayoría tiene una enraizada latencia autoritaria (sic).
No sorprende que haya quienes confunden la Democracia con “la democracia boba” y que para ellos la defensa contra ataques subversivos sea “una brutal represión”. ¿Miopía, desconocimiento o complicidad encubierta? Este jovencito sale a opinar desde su placentero retiro español ignorando lo qué sucedió en el Perú, sobre todo en el Sur Andino y en Lima, los saqueos, incendios provocados, la toma (e intentos) de aeropuertos, la destrucción de bienes públicos y privados, los policías y militares heridos y muertos.
¿Qué fácil es hablar desde su penthouse y nunca estar expuesto a la violencia subversiva o ser asaltado o asesinado tras robarle un celular?
Qué caradura hay que ser para decir que se quiere “acallar periodistas” cuando lo que se pretende es combatir al aparato logístico y propagandístico de la subversión, al que llaman eufemísticamente “prensa alternativa o popular” como en los años 80s llamaban al vocero de sendero (el diario).
Qué nos puede hablar de Democracia alguien que apoyó el golpe del genocida, la algarada lumpen-caviar que motivó la renuncia de Merino de Lama o calló en todos los idiomas ante las raterías del ladrón comunista. ¿Capturar instituciones? No señor¡ Fumigarlas de ex abogados de terroristas, de caviares y comunistas antiPatria.
Estos jovenzuelos no pueden entender las exigencias del pueblo, al que tanto citan. Creen que los sicarios de 14 años pueden ser resocializados y bandas criminales como “el tren de aragua o los maras” pueden ser combatidos a chalinazos, con una de las que usaba para apoyar a la ladrona Villarán. Por supuesto les molesta reconocer el éxito de Bukkele o el del General Pinochet; prefieren negarlo o decir que son dictaduras “inaceptables”.
Para estos “demócratas” la mano dura atenta contra los derechos de todos pero están en contra sobre todo porque atenta a los “derechos” de los delincuentes. Prefieren las leyes que protegen a los delincuentes antes que la Sociedad. Por supuesto están en contra de la pena de muerte que castigue a feroces delincuentes pero dicen que matar seres humanos concebidos es “un derecho, un avance en los derechos de las mujeres” y que “el consumo recreativo de las drogas” debe ser despenalizado aunque con ello se condene a la muerte en vida a millones de seres humanos.
El gran problema de jóvenes como el citado es que confunden Democracia con la vigencia de una República Caviar desde el 2000 y que hoy empieza a resquebrajarse, con la consecuente pérdida de gollerías de un “grupúsculo” (como bien reconoce). Poco a poco empiezan a acabarse las consultorías, asesorías y los ingresos de sus oeneges. Será la hora de empezar a trabajar. Eso les aterra.