Veamos cómo hablamos, hablemos según cómo pensemos y actuemos en concordancia a nuestros principios, porque no es complicado, salvo que usted quiera entrar a la política peruana, un espacio degradante, sucio, perverso, irremediablemente inundado de lo peor que se pueda concebir en medio de una frágil y sobreviviente democracia que grita hacia los extremos, cuando no sabe ocupar su sitio con ponderación, tenacidad y sensatez.
La política peruana es muchos chistes a la vez y muchas desgracias también, porque lo inimaginable dentro de la locura de la perversidad ocurre a diario, cada segundo, en un interminable tic-tac y tik-tok de oportunistas vestidos como si fueran las luminarias de la oscuridad que llevamos por décadas de gobiernos irresponsables, elegidos por ciudadanos también irresponsables.
Hace muchos años había un programa de televisión muy sintonizado por las familias peruanas. Se llamaba El Tornillo y tenía una melodía muy simpática que repetía la frase “aquí está, el tornillo que le faltaba a Usted”. Era casi como decirnos “el detalle que lo completaba, el dato que hacía falta” y vaya que era necesario en momentos tan raros y medio locos.
Pero ahora, eso se no se ha transformado en un partido, en una organización o algo parecido, porque nadie está satisfecho ni convencido en lo que hay: un partido que represente una voz de unidad, de inteligencia, conciencia, de lucha común, de esperanza colectiva, es decir, en el partido que le faltaba a Usted.
Por esas maravillas de la ignorancia, hay múltiples intentos e inventos, vanos esfuerzos, inusitadas ambiciones por las cuales cualquier aprovechado, estafador, manipulador y demagogo, pretende ser “lo que usted quiere ser”. Y caen muchos en ese apoyo o respaldo tan burdo e inconsecuente, que hasta creen que es la esperanza hecha voz y futuro voto.
Claro que los muertos quieren revivir también, y así algunos partidos desechos, pretenden pedirle su firma y afiliación para engañarlo otra vez, pero usando el honorable nombre e imagen de sus fundadores e inspiradores. El PPC por ejemplo, que ahora es “un viernes de hot dogs y una copa de vino tinto de almacén”. Bébalo si quiere, pero que la resaca no lo condene.
Hacer del Perú un camino cuesta, no es fácil, hay muchos miserables en los escombros y en las cuotas de colaboración para engañarle. Construir un partido político no es un juego, no es buscar el dinero público para subsistir. Eso es lo que hacen las izquierdas: engañar, estafar, usar, empujar a otros, vivir aprovechándose de todos.
El partido que le faltaba a Usted de repente ya existe y al no sentirlo cerca, lo deja lejos, pero hay que acercarse y militar, ser parte de, estar en, hablar de, conducirse en un camino que tiene voz y que representa, si quiere, un voto digno y valiente, con ideas y con propuestas, sino, no es partido ni es político.
Los partidos necesitan dirigentes y desde ellos, escoger candidatos y representantes de la fuerza ejecutiva y legislativa, no es al revés. Los elegidos son y se deben a los partidos, tienen que hacer realidad el Programa y la plataforma en beneficio de todos, aun de los que no votan a favor o reniegan en contra.
Un país con decenas de “partidos políticos” que en realidad son organizaciones electorales sin doctrina, sin planes, sin agenda de gobierno y sin compromiso social, cuyo fin es conseguir cuotas de poder y de presión, es un enredo que pretende ser unidad para gobernar, eso es imposible, es inaudito.
Se debe imponer la voz nacional, se tiene que asegurar el voto popular. Y en la voz y en el voto no hay multiplicidades, sino verdadera unidad, auténtico encuentro, sentido común e inclusivo, mensaje propio indestructible y vencedor.
El partido que le faltaba a Usted, es su imagen y semejanza, eso es todo. Lo demás, es nada.