En Niza, Francia, dos personas degolladas y otra apuñalada por terrorista musulmán en la Catedral.
Niza, la ‘perla’ francesa de la Costa Azul, se ha levantado hoy nuevamente con una noticia de horror y espanto: A las 9 am un atacante armado de cuchillo asesinó al menos 3 personas en el interior de la catedral Nuestra Señora de la Asunción, emblemático templo neogótico ubicado en el centro de la ciudad.
Una señora de edad y quien asistía a sus oraciones de la mañana ha sido degollada y casi decapitada al lado de la pila de agua bendita. Otra de las víctimas es el sacristán, que también fue degollado. La tercera persona, otra señora, logró refugiarse en un café cercano, pero murió a causa de las heridas de cuchillo.
El atacante de 21 años y de nombre Brahim, fue herido a bala por la policía y ha sido hecho prisionero, mientras no dejaba de proferir sus gritos: “Alá es grande”. Este ha sido llevado al hospital y fue interrogado.
El ataque se realiza solo 13 días después de la decapitación del profesor Samuel Paty a la salida de una escuela en el norte de París.
El hecho también recuerda la decapitación del P. Jacques Hamel, en su iglesia de Saint-Étienne du Rouvray, al norte de Francia, el 26 de julio de 2016.
Reacción del Cardenal Roberth Sarah
A los siniestros hechos, reaccionó rápidamente vía Twitter el Cardenal Robert Sarah, prefecto de la Congregación del Culto Divino, y a quien muchos vínculos lo unen con Francia:
“El islamismo es un fanatismo monstruoso que debe ser combatido con fuerza y determinación. Él no detendrá su guerra. Nosotros africanos lo sabemos bastante bien. Los bárbaros son siempre los enemigos de la paz. Occidente, hoy Francia, debe comprenderlo. Oremos. +RS”
Otro detenido, esta vez en Lyon
Hace pocos minutos ha sido detenido en Lyon un hombre de origen afgano que portaba un cuchillo de 30 cms., y que se aprontaba para entrar en un tranvía.
El hombre fue detenido mientras levantaba su arma blanca, en el mismo lugar donde en el 2013 resultaron heridas 13 personas tras la explosión de una bomba casera puesta por un militante del autodenominado Estado Islámico.
