Sale a la luz una nueva obra del Papa emérito Benedicto, “La Europa Real: Identidad y Misión” (The Real Europe: Identity and Mission), que es un recopilación de sus escritos sobre Europa, con el agregado de que tiene una introducción del propio Benedicto. Llevan también un prefacio de Francisco.
Importantes consideraciones realiza Benedicto XVI en la introducción sobre la legalización del llamado ‘matrimonio del mismo sexo’, el cual califica como “una distorsión de consciencia”.
“Con la legalización del ‘matrimonio entre personas del mismo sexo’ en 16 países europeos, el tema del matrimonio y la familia ha adquirido una nueva dimensión que no se puede ignorar”, afirma en la introducción, que ha sido publicada hoy por el diario italiano Il Foglio.
Una Revolución Cultural
Recuerda Benedicto que el concepto de “matrimonio entre personas del mismo sexo” está “en contradicción con todas las culturas de la humanidad que se han sucedido hasta ahora, y por lo tanto significa una revolución cultural que se opone a toda la tradición de la humanidad hasta hoy”.
Verdaderamente, “la certeza básica de que la humanidad existe como hombre y mujer; que la transmisión de la vida es una tarea asignada a la humanidad; que es la comunidad de hombres y mujeres la que cumple esta tarea; y que en esto, más allá de todas las diferencias [existentes en las diversas culturas], consiste esencialmente el matrimonio, es una certeza original que ha sido obvia para la humanidad hasta ahora”, dijo Benedicto.
Sin embargo, con la introducción de la píldora contraceptiva, y la subsecuente posibilidad de separar fertilidad y sexualidad, lo que esta separación significó, en los hechos, es que “todas las formas de sexualidad son equivalentes”, y “un criterio fundamental no existe más”. Según Benedicto, se dio así una profunda trasformación de las consciencias, primero lentamente y después de forma más clara.
De la separación hecha así de la sexualidad y la fertilidad, también se dio el reverso de la moneda, y es que la “fertilidad, naturalmente, puede ser pensada sin sexualidad”.
De ahí se pasó a un ser humano que ya no es más “generado y concebido sino hecho”, no siendo más este un regalo a ser recibido sino “un producto planeado por nuestro hacer”. Y si se puede planear crear la vida, pues por qué no planear el fin de la vida, lo que encaja enteramente en esa tendencia, y que se evidencia en el crecimiento del suicidio asistido y la eutanasia.
Siendo esto así, expresa el Papa emérito, se levanta la pregunta: “¿Quién es el hombre? Y con ello también la cuestión de si existe un Creador o si todos somos solo productos manufacturados”. Es decir, “surge esta alternativa: o el hombre es criatura de Dios, es imagen de Dios, es un don de Dios, o el hombre es un producto que él mismo sabe crear”.
Sin embargo, es claro que el hombre es criatura, posee una naturaleza que le ha sido dada por su Creador, “y su violación o negación conduce a la autodestrucción”. “Este es también el caso de la creación del hombre como hombre y mujer, que se ignora en la hipótesis del ‘matrimonio entre personas del mismo sexo’ ”, enfatizó.
Con información de www.catholicnewsagency.com