Miles de personas en la que alguna vez fuera considerada el París del Caribe, han salido a las calles a clamar por su #Libertad. Durante décadas, el “paraíso castrista” que de paraíso no tiene nada, hizo que miles de cubanos inventaran balsas para arriesgar sus vidas en un mar bélico como el Océano Atlántico, con tal de alcanzar su libertad.
Han enfrentado tiburones, policía secreta, asesinos de la #DictaduraCubana para escapar, desertar y buscar su libertad.
Lo que empezó como una manifestación local en el barrio de San Antonio de los Baños, en La Habana, se esparció como polvo por toda la isla. La gente se envalentona para salir a decir en voz alta lo que han dicho sus disidentes y que ellos, en la isla, no se hubieran atrevido para no terminar preso como tanto preso político. Me pregunto qué sentirá Armando Valladares, el poeta cubano que Castro mantuvo 22 años en prisión y que logró salir de milagro. Recuerdo sus vivencias compartidas durante una reunión en Nueva York. Sus ojos tristes por tanta gente que dejó atrás, pudriéndose en prisión en Cuba.
Gracias a la tecnología, creada toda en el mundo capitalista gracias a la libertad que ese sistema garantiza, podemos ver vídeos de como la policía cubana asesina, vapulea y tortura en plena calle a quienes alzan la voz contra los ladrones Castristas. Gracias a valientes que se atreven a subir las imágenes en redes sociales el mundo puede ver que el que fuera Presidente de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas es un vil violador de derechos humanos, asesino, torturador. “Qué orgullo para la #ONU”.
Pero esta revolución tiene muchos más significados que los que se circunscriben a Cuba y a Florida. Es un duro golpe a la Internacional Socialista y al Foro de Sao Paulo.
Su paraíso ejemplar se desmorona por su propia putrefacción. Un pueblo tolera la bota en el cuello hasta que se cansa. Queda claro que el argumento del embargo como causa de sus males es falaz cuando más de 120 naciones ricas comercian con la dictadura cubana haciendo ricos a sus líderes.
Aún no he escuchado a la comunidad Católica de América Latina que se pronuncie y alce la voz contra el régimen y en defensa de un sacerdote, Padre Castor, que fue atacado brutalmente por los salvajes castristas y llevado a la estación de policía de Monte Carlos, en Camagüey. Dónde están alzando la voz exigiendo a los cubanos que liberen a ese sacerdote cuyo pecado es defender a sus feligreses. Si no lo hacen, todos los Arzobispos y Obispos son unos viles #hipócritas. Y la que escribe estas líneas es Católica practicante y Mariana.
El ejemplo de Cuba debiera ser notado en todo el Hemisferio, desde Canadá hasta Tierra de Fuego. Nada es gratis. Y el costo, como vemos en Cuba, es demasiado alto porque se paga con la vida y la libertad.
Restarle libertad a la gente, cargarla con medidas opresivas, socialistas, comunistas, limitantes, tarde o temprano les revienta en la cara a los opresores. ¿En serio piensan los políticos que quedarán impunes como los ladrones de los Castro, los Kirchner, los Maduro, los Correa, los DaSilva, los Rousseff, etc?
Tomen nota hermanos latinoamericanos. Los políticos y los ladrones llegan hasta donde nosotros, el pueblo, se los permitimos.
Fotografías de 14 y medio, Cuba