El Imperio Romano cayó principalmente por estas razones:
- Invasiones constantes de tribus menos desarrolladas, menos sofisticadas política y culturalmente (los bárbaros).
- Crisis económica y dependencia en la mano de obra esclava.
- El alza de los imperios rivales.
- Diluyeron sus fuerzas militares tratando de dominar demasiados lugares, descuidando su seguridad interna y las debilitaron corrompiendo lo que era honorable para transformarlo en viles mercenarios que se vendían al mejor postor.
- Corrupción e inestabilidad política que dieron como fruto un creciente e ilimitado abuso de poder.
- El cambio a su sistema de valores y a su esencia cultural.
¿Suena familiar?
Mi querido mentor, el Dr. Armando de la Torre nos dijo en los 80s que todos los imperios sucumbían por sus propios excesos y que posiblemente veríamos la caída del gran imperio de la era moderna: Los Estados Unidos. Los puntos descritos arriba son precisamente eso, excesos, y pareciera que la Historia se repite.
Los Estados Unidos están sufriendo una invasión cultural con repercusiones en todas las áreas de su tejido social. Esa invasión es la de la intolerancia islámica que ha venido a removerlo todo. De ahí deriva el nuevo aire que cobró el tema del racismo, que ha redundado en un fortalecido políticamente correcto. Muy inteligentes, los líderes se unieron a todos los “grupos oprimidos” para formar un frente común contra el sistema.
Ese frente común está viendo los frutos hoy día en un gobierno entrante conformado en su gran mayoría por gente que ha trabajado en esa animosidad social, enarbolando alguna de sus múltiples banderas. Desde la ideología de género (que va miles de años luz más allá del simple tema de la homosexualidad, infinitamente menos controvertida, y que incluye hoy día hasta la pedofilia), al tema de los alimentos genéticamente modificados y la clonación animal.
El ateísmo, el antisemitismo, el movimiento pro aborto en sus máximas expresiones, todo lo que es anti “americano” (anti patriótico) y digno representante del globalismo puro, está representado en el futuro gobierno Biden-Harris.
Con la ayuda de la dictadura que hoy domina la libre expresión del pensamiento, ejercida eficientemente por los medios de comunicación en masa y las redes sociales, quieren aniquilar y silenciar para siempre a las voces contrarias a todo lo anterior, defensoras de los principios y valores tradicionales (familia, fe, propiedad privada, libertad y soberanía). Y sin embargo, con mucho sigilo y cuidado para que esos 75 millones de votantes conservadores no se enteren de todos los cambios que el nuevo gobierno quiere imponer.
La aplanadora ya está en marcha. No han asumido el nuevo Congreso y en la Cámara de Representantes ha pasado el impeachment. Esta vez, en la Cámara pasó hasta con ayuda de Representantes Republicanos temerosos de las represalias en su contra si no apoyan el linchamiento político de Trump. La venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena, reza el sabio refrán.
Las grandes corporaciones otrora bastiones defensoras del libre mercado, la propiedad privada, los impuestos bajos, etc, que hicieron toneladas de dinero en los 3 años pre virus de la era Trump, ahora quieren destruirlo. Le temen a Antifa, a BLM y a los medios que promueven todo lo contrario. Ese temor los ha hecho abrazar las causas políticamente correctas, y ahora buscan destruir a Trump también por el poder que ven que ejerce. Las estadísticas indican que su popularidad subió luego de lo del Capitolio. Claro está, los grandes medios masivos de “comunicación” (yo diría adoctrinamiento en masa) no han querido revelar que de los 20 mil Republicanos presentes ese día, 500 cretinos mayoría de Antifa y BLM ya han sido identificados por los sistemas de reconocimiento facial. Eso, mejor ni decirlo.
El temor es que Trump se lance en 4 años. Por eso quieren destruirlo para que no pueda optar a la Presidencia de nuevo. Esa es la meta del impeachment. Ellos saben que no tienen bases legales para meterlo preso, pero hablan como si las tuvieran, porque ese es el guión prescrito. Si él sale de la presidencia con un juicio, jamás podrá optar por un cargo público. Estados Unidos es un país de precedentes. El Derecho Anglosajón sobre el cual se basa su visión política en buena parte, establece que una vez cometida una acción, ésta puede repetirse. Los Republicanos abrieron la puerta a estas cacerías cuando persiguieron a Clinton por un pecado sexual que nada tenía que ver con política. Líderes Demócratas de los tiempos en que aún tenían sensatez, han dicho a sus copartidarios que esta cacería de brujas es un error.
El Partido Republicano, a su vez, que antes de la elección estaba graníticamente unido (exceptuando por los pro McCain, los pro Bush y Romney), ahora se encuentra dividido y diezmado, gracias al pánico de pensar que no tendrán cómo financiar sus reelecciones. Cobardes, de plegarse, sólo dejarían claro que lo único que buscan es seguir en sus tronos. Pocos parecen ver la oportunidad que se abre de ganar adeptos en las mazas que los han apoyado, dejando a los Demócratas cómo el partido claramente comandado por las empresas de tecnología y por Wall Street. Parecen no ver que 75 millones de votantes eligieron a Trump, que los ánimos están caldeados, y que empecinarse en su cacería lo único que hace es ahondar la polarización y ganarle adeptos a Trump.
Estados Unidos está sucumbiendo entonces por:
- La horda de migrantes (no precisamente latinos, que en su mayoría comparten los principios y valores tradicionales americanos).
- Por el exceso de poder político que ejercen los grupos patrocinadores de la más cruenta y descarada corrupción en su Historia.
- Por una crisis económica post virus que sólo se agravará con medidas socialistas y globalistas, que unidas al…
- Fortalecimiento de China como nuevo imperio económico mundial, terminarán de aniquilar la productividad estadounidense.
- La crisis de principios y valores. Hoy matar a un recién nacido está bien, pero ejecutar la pena de muerte de un asesino está mal. El poder absoluto corrompe absolutamente, sin excepciones.
Falta únicamente ver qué sucede con el Ejército. Trump lo fortaleció en todas sus formas. El militar antes tendía a ser honorable y leal, pero el alto mando ya dijo, por escrito, que apoyan el cambio de mando conforme lo dicta la Constitución. Todos los rumores de insurrección militar quedan anulados.
Veremos si esos 75 millones de conservadores estadounidenses dicen amén a los demócratas, o si tienen sangre en las venas. A ratos me dan ganas de comprar poporopos para ver el show, pero la verdad es que ya aburren con su cantaleta.
Pase lo que pase en USA, nuestra vida sigue en Guatemala y tenemos que encontrar la forma de sobrevivir. Los que somos personas de Fe la tenemos mucho más fácil porque sabemos que primero, Dios siempre es misericordioso y segundo, este mundo es temporal.