En estos dorados tiempos es fácil pecar de generalizarlo todo, especialmente lo que no es de nuestro agrado. La realidad es que cae bien leer y entender en que vivimos. Pretender que algo no existe, voltear al otro lado, no hace que lo que es, desaparezca.
Es así que decidí investigar, informarme y entender una realidad que quizás no sea la ideal según los cánones sociales, pero es una realidad.
Los insto a que tratemos de entender. El tema da para muchos artículos, pero intentaré traer alguna luz sobre el mismo.
La homosexualidad es condenada en la tradición judeocristiana desde antes que la misma Biblia fuese compilada. En la Grecia antigua, en la Roma republicana, eran conductas aceptadas, con discreción. El mismo Platón en su famoso Simposio argumenta que un ejército debiera ser formado por homosexuales. Tebes formó un ejército de 500 hombres así, denominado la Banda Secreta de Tebes. Tuvieron gran prestigio en el mundo antiguo por su demostrada valentía.
Si buscan en Google, encontrarán que Sócrates, Lord Byron, Edward II y otros grandes de la Historia eran tildados de homosexuales o bisexuales. Fue tolerada hasta mediados del Siglo XIII, especialmente por las Reformas Gregorianas. Leyes de castigo contra la sodomía fueron impuestas en Europa, con castigos severos que a veces fueron aplicados hasta llegar a la tortura, y otros no.
En los Siglos 1XVIII y XIX era casi tolerado y ampliamente discutido en ámbitos médico y psiquiátrico. La norma era que las relaciones homosexuales se daba entre personas de la misma edad, y ya no tan frecuente entre adultos y adolescentes. La medicina de la época decidió hacer campañas de rehabilitación de los homosexuales.
En el Siglo XX, la creciente aceptación de las relaciones sexuales fuera del matrimonio debilitó el argumento en contra de la homosexualidad. No fue sino hasta los 60´s que surgió un movimiento pro liberación del estatus homosexual. Para cuando la epidemia del SIDA se hizo prevalente, el “estilo de vida” homosexual era algo aceptado en el mundo anglosajón, no así en América Latina. Sin embargo, al igual que en gran parte de la Historia de la humanidad, se trataba mayormente de relaciones entre adultos. La pedofilia no era un tema aceptado.
En Guatemala, existen dos extremos dentro de la corriente homosexual. Hay muchos guatemaltecos que no visten en forma llamativa, no se comportan distinto a los heterosexuales, llevan su vida privada privadamente, inclusive profesan una fe. Son personas productivas, creativas, emprendedoras, y muy respetuosas del prójimo. Estas personas condenan la pedofilia como cualquier heterosexual. Creen en la familia y no están apoyando cambios a la Constitución. Respetan y merecen respeto.
Agrego, no soy feminista, pero hay mucho hombre en Guatemala que le pega a sus mujeres, es patán, soez, vulgar, grosero, viola cuanta ley se le pasa enfrente. Cuántos hay que son borrachos que se gastan el sueldo en irse de farra y descuidan a su familia y la maltratan. En lo personal, me importa un pepino que afinidad sexual tiene la gente, pero prefiero a los del párrafo arriba que a estos. Uno “macho” que le alza la mano a una mujer, a alguien más débil o a un niño, lo que merece es un plomazo en medio de las cejas. Las bestias no entienden ni en el reformatorio.
Es pues importante respetar si se exige respeto. Tratar peyorativamente a las personas por su afinidad sexual es no sólo desagradable, sino estúpido. La gente inteligente debate, ataca y comenta con argumentos, no con insultos. Y la victimización surge y se alimenta de los insultos proferidos por tanto idiota. Ojo que estúpido e idiota yo los uso como términos calificativos del nivel de inteligencia.
Para los que no entienden el concepto “homosexual conservador” se los pongo sencillo: el movimiento era fuerte en apoyo de Trump en la primera campaña. Creció en la segunda elección. Y ahora, tienen a Caitlyn Marie Jenner (trans antiguamente conocido como Bruce Jenner) liderando el movimiento LGBTQ en favor de Trump. Seguro si gana como Gobernador de California acabará con el problema de la gente defecando en las calles.
Estas personas no basan su voto en sus inclinaciones sexuales. Basan su voto en las propuestas económicas, de seguridad. Para ellos, la izquierda los estigmatiza y los reduce a su inclinación sexual, su raza o su género. No se tragan la victimización. Antes que considerarse o describirse a sí mismos por estos términos, se describen como abogado, comerciante, empresario, artista, deportista, policía, etc y como tales piensan políticamente.