El otro día un joven en sus 30s me preguntaba que podía leer sobre el conflicto armado que vivió Guatemala ya que él era un niño cuando se firmó la paz y se ha dado cuenta que mucho de lo que aprendió en la escuela está tergiversado. Y ¿Cómo se ha dado cuenta de eso? Gracias a lo que lee en redes sociales.
Como ese joven, hay centenares de personas en el Hemisferio Occidental. No saben nada de la Guerra Fría y por ende, son terreno fértil para comprar una falsa “verdad” que hace a las guerrillas quedar como angelitos y a sus opositores como opresores come niños. Vean Perú, Colombia, y Guatemala. Es entonces comprensible porqué los jóvenes creen que el socialismo es la panacea, el Ejército el enemigo y el empresario el opresor. Pero cómo no ser exitosos si el financiamiento que tienen para adoctrinar, mentir y tergiversar es enorme.
Actualmente, George Soros ha invertido más de US$30,000,000,000 (treinta mil millones de dólares) para promover lo que él interpreta como justicia, educación, agenda LGBTQI+, medioambiente, salud y otros temas en el mundo. Para el 2020, la Fundación Gates le dio mil millones (o sea $1 billón) de dólares sólo a Planned Parenthood y sus filiales.
Laurene Powell Jobs donó en el 2015 $50 millones para crear escuelas. Suena bien. Lastimosamente son centros de adoctrinamiento en ideología de género, globalismo, cultura del radicalismo y la victimización. O sea, centros de creación de líderes y afiliados de Antifa, BLM etc. Para el 2017, ella era la principal accionista de Disney. Es así fácil de entender por qué ahora Disney promueve la ideología de género. Ironía de la vida, además de ser una de las mujeres más ricas del planeta, trabajó en Merrill Lynch Asset Management y en Goldman Sachs.
Es dueña de medios de comunicación, tiene una empresa sombrilla llamada Emerson Collective LLC que se dedica a dar fondos para todas las causas arriba mencionadas. Está en la directiva de varios entes entre ellos Stanford University. Asesora al Presidente del Council on Foreign Relations (temas de política internacional).
38 Multimillonarios se han unido a Gates y su socio Warren Buffet, otro mega magnate, para reunir $230,000 millones en una causa llamada “the Giving Pledge” (La Promesa de Dar) https://givingpledge.org/ Además de temas loables como eliminar la pobreza, se enfocan en todos los temas de la agenda globalista progresista (aborto, ideología de género, victimización, racismo y socialismo).
Y la lista es larga. En Guatemala vemos que además de recibir dinero de estos multimillonarios, los activistas de izquierda reciben dinero del Estado mismo al que atacan constantemente. Por ejemplo, Rodrigo Polo publicó esta semana que las nuevas estrellas de la farándula de izquierda en redes sociales, los que entrevistaron al guerrillero colombiano recientemente, tienen parientes que han sido burócratas.
Uno de ellos tiene a su primo casado con una candidato a diputado de un partido de izquierda al que los jóvenes en cuestión jamás critican. Estos jóvenes, que se proclaman periodistas, son en realidad activistas sediciosos que promueven la desestabilización del gobierno porque saben que sólo así llegará la izquierda al poder en Guatemala. Manipulan la opinión pública y tienen a miles de estudiantes adoctrinados promoviendo sus mensajes.
Sería increíble que un puñado de radicales de izquierda logre cambiar el tejido social de un país de 17 millones con enorme mayoría conservadora. Por eso abordan a los jóvenes, que ignorantes de todo, caen en su retórica de “amor y paz”.
A diferencia de esos archimillonarios, el ala conservadora del espectro político se la pasa trabajando y produciendo, y no le presta atención a todo esto. Es por ello que corremos el serio riesgo de terminar como el absoluto desmadre de Colombia, o peor aún en la premiación de un grupo de psicópatas como en Perú, o como Chile, en un regreso al socialismo pero esta vez con matiz globalista progre. El puñado de jóvenes adoctrinados están ganando esta guerra. Ojalá quienes pueden dar la contraofensiva despierten ahora, que aún están a tiempo.
Así, el empresariado que piensa que es “muy caro” invertir en el combate contra todo esto, será el principal perdedor de lo que tiene. Claro, muchos se podrán ir fuera de su país, aunque pierdan empresas, tierras, etc. Tienen ya doble ciudadanía y por ende, a donde ir a dar. Pero esos son los menos. La pregunta es los ¿Qué vamos a hacer los que perderíamos patrimonio y no tenemos cuentas en Suiza, o ciudadanía en otra nación?