Biológicamente, desde el momento en que el espermatozoide fecunda el óvulo, inicia el proceso de formación del ser humano. En la etapa de gestación, el ser humano en formación se va preparando para en 9 meses aproximadamente, salir a la vida fuera del vientre de la madre. Pero ese ser tiene un corazón y demás órganos propios, su cerebro, y su línea de cromosomas propia que determinarán su carácter e inclinaciones al salir al mundo. Es decir, es un ser verdadero y propio, ajeno en su identidad a la de quien lo lleva en el vientre, sea su madre o un vientre en alquiler.
Las filosofías que defienden la libertad como un derecho fundamental del hombre se basan en el Liberalismo Clásico, que emana principalmente de la Escuela Austríaca de Ludwig Von Mises y Friedrich Hayek. Ambos, a su vez, basan su pensamiento en los grandes filósofos y pensadores de la historia del mundo Occidental como David Hume, Adam Smith, Aristóteles, Platón, Sócrates y otros muchos de enlistar, que han dejado una huella profunda, definida y evidente en el mundo judeocristiano.
Estos grandes pensadores afirman que la libertad mía termina donde inicia la suya, y viceversa. Es así que la libertad de la madre termina donde inicia la libertad del bebé en formación, y viceversa. Al igual que con los derechos de los niños, es lógico entender que un niño, no digamos un bebé en gestación, no le causan daños a los adultos. Son los adultos los que pueden hacerle daño a los niños desde su formación, hasta llegar a asesinarlos. Es por ello que el aborto es claramente asesinato.
Ninguna persona en quien impere el raciocinio y no el hígado, que se base en la lógica y no en sus apasionamientos, puede apoyar el aborto.
La única forma lógica y ética de evitar la concepción de un bebé no deseado es ingiriendo anticonceptivos o utilizando condones y otras formas de prevención que impiden la fecundación. Si no engendra un niño, no tiene porqué incurrir en una acción que atenta contra su propio sentido de humanidad. Si es por violación, no quedará embarazada porque ya toma medidas para no embarazarse.
A los violadores, en lo que a muchos respecta y me incluyo, al igual que a los pedófilos, se les debiera aplicar la pena de muerte. En caso de incesto, más aún. Si los hombres entienden que al violar a un menor o a una mujer van a morir, es lógico pensar que probablemente eviten hacerlo. Y, si repiten la acción por salir impune de la primera, muertos no habrá una tercera víctima. Después de todo, creo obvio que si un ser humano lastima de semejante forma a otro, ha perdido totalmente su calidad de humano ya que sólo una bestia puede cometer actos semejantes.
El lenguaje es un elemento importante en todos los temas de contenido político. Por ejemplo, la palabra homofobia no existe en el léxico de la psiquiatría. Es un término acuñado por los promotores de ideas socialistas globalistas progres. La misma palabra progres o progresista usada para promover aborto y la agenda LGBTQI+ no son en pro del progreso, sino del avance paulatino de los cambios que promueve. Sexo intergeneracional, versus el uso de la palabra pedófilo, para dar otro ejemplo.
El brillante argentino Agustín Laje visitó Guatemala esta semana y dejó una huella profunda en la mente de quienes tuvieron el privilegio de escucharlo. Su mensaje en pro de la Vida, del respeto a la dignidad humana desde su concepción, en defensa de los principios y valores intrínsecos de las sociedades en América Latina, fue contundente. Habló en pro de la necesidad de mantener y defender la supremacía de la ley, libre de inclinaciones políticas. Dejó un mensaje que puede resumirse en que sin una sociedad de legalidad que se respete, la ilegalidad presenta un terreno propicio para que se impongan ideas en forma progresista, como el aborto.
Sus debates en YouTube contra feminazis abortistas son brillantes. Siempre basado en la biología, la genética, y la lógica. El aborto no prevendrá el incesto y la violación, la educación y concientización más la penalidad de la Ley si pueden prevenir y evitar esos males sociales. Terreno fértil para la imposición de políticas autoritarias como la de la ideología de género.
Ironía que quienes se quejan del racismo en el Hemisferio promueven el aborto de Planned Parenthood, entidad eminentemente racista porque fue creada para “mejorar la raza” en USA desde la segunda década del Siglo XX, y lleva a la fecha más abortos de minorías que de blancos en el propio USA.