“… la nave sigue al garete, hace agua por todos lados; el capitán ha sido el primero en abandonar…”
Esta semana el Perú ha vuelto con intensidad a ver más de lo mismo, pero con mucho silencio de parte de los ciudadanos, como si la contemplación diera resultados…
Se sigue cayendo un país no sólo por la pandemia –eso fue el mayor detonante- sino por la desordenada gestión de la economía y por la ausencia de liderazgo en todos los niveles, no sólo de gobierno.
¿Quién levanta su voz? ¿Quién le pone freno a esta loca caminata al despeñadero? ¿Existe gobierno, oposición, gente dispuesta a ganarse el pleito por el país? Estoy seguro que sí, pero no están en eso que se llama “partidos políticos”, ese es el problema “legal”.
¿Por qué es un problema de índole legal?
La participación en política como representante elegido ya sea para congresista, gobernador regional, alcalde o regidor, tiene en los partidos el único camino posible. No hay opción independiente, no existe alternativa salvo ser invitado pero a un costo, tarifa o abono que puede acabar con tu presupuesto familiar.
Entonces, si uno desea servir a la nación, a su región o comunidad, tiene que pasar por el filtro de los partidos o ganarse la bronca desde adentro, inscribiéndote allí para luego escalar, moverte “bien”, hilar fino”, ser incluido en las listas electorales y después de hacer campaña interna – y Dios sabe si previo pago para todo esto, por si acaso- llegar a la ansiada candidatura.
¿Complejo? En realidad no, porque vas a competir con la mediocridad partidaria, pero dentro del fango. ¿Qué hacer para no enlodarte? Te lo cuento esta semana…
Ricardo Escudero @primerpedal