Un año que se ha perdido en asistencia a clases presenciales, es en realidad tres años que se han eliminado de la secuencia y frecuencia necesarias para alimentar en educación a millones de escolares, estudiantes de institutos técnicos y universitarios; pero no es sólo eso, también se ha golpeado terriblemente la estructura administrativa y de gestión, a los trabajadores de servicios y soporte educativo y principalmente, a los Maestros, dejándolos en absoluto desamparo, pero exigiéndoles labores que han debido de sufragar con su propio peculio, como el preparar las clases virtuales, prestándose computadoras, alquilándolas o comprando en desmedro de su presupuesto familiar.
¿Sabía el gobierno fracasado de Vizcarra & Alva que los Maestros, en un 85% no tenían equipos de cómputo en sus hogares, y tampoco contaban con conexión a internet?
Por supuesto que lo tenían mapeado, pero nunca les interesó. Además, los Maestros se compraron un pleito injusto, al tener a los padres de familia y a los estudiantes, todos los días y a toda hora en constante comunicación, presión y muchas exigencias que no tenían porqué atender, pero en su misión magisterial entendieron que era un momento especial.
Y también, el 75% de los estudiantes de todo nivel educativo carecen de equipos de cómputo o cabinas internet para asistir en horarios prudentes y seguros, el 55% no tienen en sus hogares conexión a internet, el 60% están con problemas económicos derivados de la pérdida de empleo de sus padres y así, las cifras que pueden resolverse siguen aumentando, mientras el gobierno se sigue callando y ahogando en un mar de promesas sin sustento alguno y las familias hacen esfuerzos increíbles por comprar computadoras para sus hijos, cuando el Estado ha debido proveerles.
Encima, se les dice a los estudiantes que si no tienen computadora se conecten por TV o el celular, esa es una decisión ingrata, porque existe una gigantesca diferencia entre un equipo de cómputo, la TV durante una hora al día (donde llega la señal) y el celular, cuya pantalla es muy pequeña para los gráficos por ejemplo, y que ya está causando problemas en la vista a los niños y jóvenes del país. Una opción que es un riesgo a la salud, y que nunca se midió en su real dimensión.
Luego de tantos meses, ni siquiera el 5% de los estudiantes de colegios, institutos y universidades ha recibido ayuda del gobierno, ningún canal solidario ha salido desde el burocrático y desordenado Ministerio de Educación que -paradojas aparte- tiene un presupuesto desorbitado que no se dirige a lo esencial y a lo inmediato.
¿Cuándo comenzarán y en qué condiciones las clases en colegios institutos, academias, universidades y centros de todo nivel y clasificación de enseñanza?
¿Por qué no se piensa y valora el reestablecer horarios partidos, como en los años 60-70: en la mañana, vespertina y nocturna, de acuerdo a cada realidad socio económica y geográfica, ayudando con ello a tener aulas con menos alumnos, pero en uso todo el día? Y lo mismo, sin aumentar significativamente el aforo en el transporte al expandirse la asistencia por horarios.
¿Por qué no se permite el uso de la infraestructura educativa estatal y privada, como las salas de cómputo, para que vayan asistiendo progresivamente los Maestros y alumnos que no tienen equipos en casa, en horarios escalonados, inclusive fines de semana?
¿Tienen idea en el ministerio lo que significa que el padre sea Maestro, la mamá también y tengan dos hijos, uno en edad escolar y el segundo estudiante universitario, y para los cuatro, una sola computadora en la casa?
¿Le hace falta ideas y propuestas al sector educación? ¿Porqué no se forma una Mesa de Acción y Recuperación convocando a técnicos de los colegios particulares y religiosos?
El miedo a aprender, no debe ser el emblema del Ministerio de Educación
