Veamos con pausa algunas perlas que los herederos de la función pública desde el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) nos han dejado desde el año 2018 en particular, y ahora tratan de trasladar en sus responsabilidades, a cualquiera que esté en otros niveles de decisión:
Antecedentes
Durante el primer trimestre del 2018, el Producto Bruto Interno (PBI) del Perú creció 3.2% debido a la evolución favorable de la demanda interna dinamizada por el incremento del consumo y la inversión, informó el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
En el segundo trimestre del año 2018, el Producto Bruto Interno (PBI) a precios constantes de 2007, registró un crecimiento de 5,4%, incidiendo en este resultado “la evolución favorable de la demanda interna, dinamizada por el incremento del consumo y la inversión, en un contexto internacional de crecimiento de las economías de nuestros principales socios comerciales”
“En el crecimiento del PBI (5,4%), incidió el incremento del consumo final privado (5,0%) y del consumo de gobierno (3,3%); así como, el aumento de la inversión pública en 8,6% y privada en 6,2%. Esta concordancia en el gasto de capital privado y público viene registrándose desde el tercer trimestre del año anterior. Las exportaciones aumentaron en 7,8%, en tanto que las importaciones lo hicieron en 6,8%” (INEI Informe Técnico PBI tercer trimestre 2018)
Con estas señales, el curso de la economía se estaba reconduciendo, se ordenaba en una secuencia que habían marcado oportunamente los Ministros Alfredo Thorne, Fernando Zavala y Claudia Cooper, pero ocurrieron dos hechos lamentables que afectaron el curso de la política y las decisiones de la economía: primero fue la renuncia del Presidente Kuczynski siendo reemplazado por el posteriormente vacado por permanente incapacidad moral y ahora procesado por corrupción Martín Vizcarra y de inmediato, el nombramiento de un oscuro Primer Ministro, César Villanueva, también procesado por corrupción y encarcelado por peligro de fuga durante las investigaciones.
Es decir dos procesados por corrupción (presidente y primer ministro de un mismo gobierno, señalados por el pueblo como cómplices en la caída del anterior presidente), fueron los reemplazos de Kuczynski y Mercedes Araoz.
El sinuoso gabinete de un vacado y un procesado por corrupción
El mencionado primer ministro (procesado) César Villanueva, eligió a David Tuesta, alguien con nula experiencia en el manejo y gestión pública, como el primer Ministro de Economía y Finanzas del Gobierno de Martín Vizcarra, desempeñando esa función entre el 2 de abril y el 4 de junio de 2018.
¿Por qué duró tan sólo dos meses en su cargo el hombre de extrema confianza del procesado primer ministro y del procesado ex presidente interino? ¿Qué lo llevó a renunciar? ¿Fue tal vez enterarse de las tropelías de quienes lo eligieron? ¿Una pelea por los supuestos conflictos de interés que se escuchaban en los pasillos del MEF? No lo sabemos con certeza, pero tenemos varias hipótesis para un siguiente artículo.
Mientras tanto, volvamos a la economía que encontró Tuesta, una economía que caminaba y estaba enrumbándose.
¿Qué hizo el ministro del denominado “paquetazo” contra el Pueblo?
Se le acusó en los medios y en las redes de pretender principalmente “reducir el umbral para tributar el Impuesto a la Renta de las personas, de siete a cuatro Unidades Impositivas Tributarias UIT y aumentar el Impuesto Selectivo al Consumo” a una diversidad de productos (entre ellos bebidas azucaradas, cigarrillos, combustibles) “para que sea un ajuste alineado con políticas de salud pública” –se dijo en varias ocasiones, pero nunca se comprobó eso-.
La agencia de noticias Reuters lo señaló así:
“El ministro de Economía, David Tuesta, dijo en una conferencia de prensa que el incremento del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) a estos tipos de productos forma parte de una reforma que busca elevar la recaudación y, adicionalmente, tratar de reducir los índices de obesidad y de cáncer”
“Acá lo que estamos viendo es un espectro amplio de productos y servicios que genera externalidades negativas a la población, daños a la salud”, dijo Tuesta junto al primer ministro César Villanueva luego de una reunión del gabinete ministerial”
Con una economía que venía caminando pese a los problemas ocasionados con los fenómenos naturales (El Niño, friaje) y la corrupción que desalentaba las inversiones, con una caída en la recaudación tributaria, no se le ocurrió al ministro ninguna iniciativa sostenible en el tiempo, solamente pensó en meter la mano al bolsillo de los pobres y las clases medias, al bolsillo de los pequeños emprendedores (una bodega pequeña obtiene sus mayores ingresos por ventas de cigarrillos y bebidas gaseosas, azucaradas y golosinas) y a la cadena de transportes que abastece al país.
Entonces vino la primera señal de retroceso
En el tercer trimestre del año 2018, el Producto Bruto Interno (PBI) a precios constantes de 2007, registró un bajísimo crecimiento de 2,3% y “se rompió la sincronía en el crecimiento de la inversión pública y privada, que se venía registrando desde el tercer trimestre del año anterior, debido a la contracción de la inversión pública (-3,1%), en contraste con el favorable crecimiento de la inversión privada (1,6%). Las exportaciones aumentaron en 0,9%, en tanto que, las importaciones lo hicieron en 0,7%”
Pasamos de 3,2% a 5,4% y luego a 2,3% en una evidente descomposición del programa de desarrollo que se venía apreciando a pesar de las turbulencias que se sobrellevaron.
Ese impacto negativo por una pésima gestión en la economía y las finanzas, tuvo que ser asumido al cabo del mes de junio por el nuevo Ministro de Economía y Finanzas, Carlos Oliva, quien afrontó de nuevo un reordenamiento de las finanzas, a fin de lograr para el siguiente trimestre, el cuarto del 2018 que el Producto Bruto Interno (PBI) registrara un lógico y positivo impulso al obtener un crecimiento de 4,8% debido a la evolución favorable de la demanda interna (4,4%).
El crecimiento de la demanda interna es resultado del buen desempeño del consumo privado (3,8%), el incremento del consumo del gobierno (3,3%) y la mejora de la inversión bruta fija en 5,3% pero eso fue algo difícil de sostenerse, porque luego de todo esto vino lo peor de lo peor en los últimos diez años, al presionarse desde el gobierno central medidas populistas contra la economía, dispendios millonarios en gastos, consultorías y obras que nunca se ejecutaron, incremento de la planilla pública, nuevos escándalos de corrupción y provocarse la salida del Ministro Oliva para reemplazado por alguien sin perfil ni dominio para el cargo y la responsabilidad.
Lo peor de esta secuencia no es sólo el impacto de las malas decisiones, sino que ahora, los que fungen de gurús, los que proponían estatizar los fondos de pensiones, los que promovían la desaparición de las Administradoras de Fondos de Pensiones, los que produjeron la subida de impuestos y el castigo a los más pobres y las clases medias, han dado vuelta a la conciencia que antes exhibieron con rabia y odio, no sabemos si es por principios o por una renta vitalicia, porque en su gestión gubernamental perdieron los principios, y ahora vienen con otros discursos.
Eso pensamos, eso opinamos y no dejamos de estar molestos por el inmenso daño que le han hecho al Perú y los peruanos.