Estoy regresando desde uno de los extremos de la ciudad hacia mi casa, subo al ómnibus que me debe llevar durante una hora y media hasta una estación del Metropolitano, desde donde tomaré ese servicio para que luego de una hora y media en la fila de los que queremos subir, haga mi traslado en unos treinta minutos más hasta la avenida Javier Prado, desde donde iré caminando unas cinco cuadras a recoger mi bicicleta para pedalear veinte cuadras hasta casa.
Casi cuatro horas en transporte, caminando y bicicleta. Eso no lo hago todos los días gracias a Dios, pero cientos de miles, millones de peruanos sí tienen ese sufrimiento, además de las angustias de cada día, además de haber perdido sus empleos, además de tener a sus hijos en casa sin poder asistir a la escuela, además de no tener computadora para que estudien y no se retrasen tanto.
Llegan a dar un beso a niños dormidos que no los vieron salir temprano. Llegan a veces ambos padres (papá y mamá) a reconocerse en un abrazo, no dan más, pero siguen en la lucha.
Cada semana hago este recorrido que antes lo efectuaba en auto, manejando, gasto de combustible, casi dos horas de ida y lo mismo de retorno. Tráfico, caos, inseguridad, policías corruptos deteniendo para “revisar”, pérdida de más tiempo, robo de autopartes, más tensión.
¿Se dan cuenta? Esta es la vida de millones, pero los gobernantes, Alcaldes, Ministros, Congresistas, Presidente, no nos ven, están en el éxtasis de su bronca política.
Los ciudadanos y los que están por serlo, somos personas que estamos cansadas de ver siempre lo mismo y al final, se repite la misma historia.
No queremos que la historia se repita, queremos ver decisiones ahora.
Alguien tiene que tomar esas decisiones para que la mentira, el populismo, la soberbia y la corrupción no nos sigan gobernando.
Ricardo Escudero @primerpedal
Ilustración, Al Margen