Había un país donde construir una carretera sólo se lograba si lo hacía el Estado (es decir, las manos del gobierno). Para lograr ese propósito, se necesitaba pedir prestado dinero a tasas de interés que convertían la obra en algo de lenta consecución: lo que debía hacerse en dos años, demoraba en promedio diez y por supuesto, la corrupción estaba presente.
Entonces vino alguien y dijo: “Se ofrece a quien construya la carretera, que cobre su inversión del peaje por diez años, o veinte si hace más kilómetros y en ese tiempo, del peaje sale el mantenimiento y nos gotea un impuesto”
Se presentaron muchos ejecutores y así, vimos más carreteras, construidas en tiempo preciso, en buen estado y con proyección a extenderse aún más su cobertura.
Lo mismo pasó con los aeropuertos y el sistema de concesiones que exigen modernización, ampliación y una serie interminable de oportunidades para los usuarios y empresas de aviación, comercios minoristas, proveedores diversos y en especial, impuestos, dinero para que el Estado funcione en áreas descuidadas como salud, educación, seguridad, cultura, deportes, etc.
En tiempos paralelos, se creó el sistema privado de pensiones como una alternativa al deficitario sistema nacional, que estaba cayendo en quiebra. A más aportes como ahorro, mayor fondo y por lógica, mejor pensión de jubilación.
Pero… vinieron los populistas, los demagogos y los contra progreso a decir que las carreteras no debían tener peajes, los aeropuertos no deberían cobrar a los usuarios y por supuesto, las AFP no deberían existir porque el sistema “es egoísta” y tiene que ser solidario. Es decir, tu ahorro debe repartirse con el que no ahorra, cuando lo cierto y justo es que los impuestos deben ayudar a proteger al desamparado, pero no para siempre, porque sino, no es un programa social la opción temporal de impulso al que necesita ayuda.
Muy bien, veamos pues qué han logrado los populistas en el Perú contra el sistema privado de pensiones:
En diciembre del 2019 habían 3’268,371 afiliados a las AFP que pagaban cada mes para que sus ahorros crezcan a largo plazo. No es un ahorro tradicional, sino uno donde tú eliges una de tres opciones para proteger, incentivar el crecimiento o arriesgar hacia mayores logros, y en cada caso, con los riesgos que las inversiones implican.
Volvamos a los 3’268,371 afiliados que cotizaban en diciembre del 2019, de un total de más de siete millones: Perdón…¿Más de 4 millones, de un total de siete millones no pagaban cada mes? Efectivamente, por dos razones: o perdieron sus empleos o si pagaron alguna vez, luego dejaron de hacerlo.
Pero agrego: Desde diciembre del 2019, el peor año en crecimiento del PBI desde el 2009, cada mes del 2020 entre enero y marzo, el número de cotizantes fue bajando y bajando cada vez más hasta llegar a dejar de cotizar 800 mil afiliados antes de la pandemia.
Y agregaré algo más, en marzo eran 2’447,708 cotizantes (el 32.5% del total de afiliados cotizaba y el 67.5% NO cotizaba ni un centavo). Más de cinco millones dejaron de invertir ahorrando para sus pensiones de jubilación y el gobierno no asumía ninguna política pública de defensa del ahorro previsional
Alguien preguntaba… ¿800,000 trabajadores dejaron sus empleos porque renunciaron y pusieron negocios? ¿Tal vez se jubilaron 800,000 trabajadores afiliados a las AFP entre enero y marzo del 2020 antes de la pandemia? No, esa es la pre crisis económica que ya estábamos viviendo en el Perú. Perdieron sus empleos casi un millón de peruanos y los responsables seguían y siguen al mando desde el Ministerio de Economía y Finanzas, con la protección del Congreso de la República (complicidad se llama en mi pueblo).
Una cereza al pastel: En abril, por culpa del gobierno, de 7’647,171 afiliados solo cotizaron 769,942 y lo mismo fue en mayo. ¿Porqué? Porque la incapacidad, mediocridad e ineptitud del gobierno se avivó para inventar el cuento que al no pagar dos meses a tu AFP, tenías más plata en tu bolsillo y eso, fue mentira, porque la economía familiar no se protege, no se alivia perdiendo parte de tus ahorros.
Epílogo: Este gobierno y los responsables del MEF con sus aliados en el Congreso han hundido el horizonte previsional de millones de peruanos porque además, pudiendo entregar perfectamente un Bono a la Clase Media y emergente, hicieron que la gente se desespere y saque sus ahorros para reemplazar el gasto que tenía que hacer el gobierno de nuestros impuestos.