La fatal arrogancia vence a la ignorancia y se hace popular, se convierte en escándalo, inunda las conversaciones de todos los peruanos y se hace viral en las redes sociales. Eso lo pueden tapar temporalmente con encuestas amañadas, con aliados cada vez más caros y desleales (claro, son leales al dinero, nada más) y, con esos medios de comunicación que ya nadie lee, nadie escucha, nadie mira, salvo los fanáticos de uno u otro lado.
Hablemos del desastre de la economía, ¿Qué notamos?
- Pésimo diagnóstico de la realidad
- Descontrolado incremento de Bonos soberanos
- Desbordante deuda interna
- Multiplicación insostenible de circulante
- Caída sostenida del nivel de actividad productiva
- Caída del salario real
- Destrucción del mercado de trabajo
- Aumento del déficit fiscal
Frente a ello, el Ministerio de Economía y Finanzas sigue en cuarentena, no hay otra interpretación, pero es una cuarentena de la iniciativa y tomar decisiones para revertir lo que está destruyendo al país desde el año 2018, acrecentado el 2019 y terriblemente manejado este 2020.
El discurso del Presidente no ayuda en nada, ni a consensos, ni a la unidad de la Nación: No existimos los peruanos que pensamos diferente, porque para el presidente “su mundo es él”, y es un hecho que la destrucción de la economía, de la confianza y de la estructura de trabajo de millones de personas, es responsabilidad de este gobierno, no del anterior, ni del que lo precedió a ese.
¿Qué medidas de protección al empleo se han dado? Ninguna.
¿Qué se ha hecho para frenar el retroceso educativo? Nada.
¿Qué iniciativas han protegido el ahorro personal y el previsional? Ninguna.
Por eso nos encontramos en el ojo de la tormenta ahora, con la peor crisis sanitaria, social, educativa, laboral y económica de toda nuestra larga historia de pesares. Y para colmo, la acentúa el MEF aumentando el gasto público, manteniendo impuestos represivos y doble estructura tributaria (IGV más ISC, cuando debe eliminar el ISC); seguimos con una economía que se cierra cada vez más y se entrega al imperialismo depredador chino.
El deterioro de la confianza es el aire que respiramos, es la calamidad que nos persigue. La economía tiene a una conductora errada que no genera consensos, que nos ha llevado de un tibio rebote en la profundidad del hoyo, a una caída profunda, asi maquillen cifras.
Repetimos: La inmediata reforma es reducir al máximo la burocracia, eliminar todo el gasto inútil, dejar de hacer las mismas estupideces que se están haciendo, acabar con las incoherencias, incorporar a la formalidad a la enorme, pujante, valiente y aguerrida empresa informal que está golpeada por el gobierno, más que por el coronavirus. Consenso, liderazgo, verdad, eso es lo que requerimos y éste gobierno no lo va a conceder.
¿Entonces? Vacancia y fuera todos los ministros y sus cómplices.
En el Perú contamos con gentes de primer nivel para lograr consenso y compromiso en una transición obligada hacia cierta estabilidad política y económica que permita al siguiente gobierno, elegido democráticamente, tomar la posta para seguir el impulso necesario hacia el progreso y desarrollo.