En referencia a las próximas elecciones presidenciales, que se celebrarán el 20 de octubre, precisó que “hoy es más necesario reafirmar nuestra adhesión a la democracia, porque en el mundo se van perdiendo los espacios democráticos y se incrementan sistemas populistas, nacionalistas y ‘soberanistas’ y el poder político se hace cada vez más defensor irracional de intereses particulares”.
“Este es el momento apropiado para ofrecer programas de gobierno con metas claras y tareas concretas y evaluables, con miras a construir un sueño común de país, un proyecto de ‘renovación democrática’ fundado sobre la igualdad social y política, la libertad, la justicia, en el marco del bien común y la paz”, afirmó a continuación.
“La participación democrática y responsable asegura que los ciudadanos no se conviertan en instrumentos, sino en protagonistas del futuro del país”.
“Todo dirigente -dijo- no debe olvidar que los electores lo han elegido con un mandato determinado, en servicio del bien común y para un programa concreto, y no para dominar a su libre albedrío. Además, concluido el mandato, él volverá a integrarse a la sociedad como simple ciudadano”.
Monseñor Gualberti pidió a las autoridades a “salir de sí mismas, de sus intereses y de los partidos, y pensar en toda la gente e informar y escuchar a los diversos sujetos de la sociedad”.
“Por eso, ante los múltiples intentos de manipular a la democracia, hay que estar siempre alerta y hacer una constante labor de concientización sobre su bondad y mantener viva la memoria histórica, de manera que cada ciudadano, sector y grupo la asumamos, la hagamos nuestra y la defendamos”.
Otro peligro que amenaza a las democracias actuales, dijo monseñor Gualberti, “es el relativismo ético” con que se corre el riesgo de “instaurar una democracia sin valores que se convierte con facilidad en un totalitarismo visible o encubierto, como demuestra la historia”.
“En el ejercicio de gobierno, es indispensable guiarse no sólo por el mandato del pueblo y por criterios sociológicos e históricos, sino también por la ley moral, la ley moral objetiva, igual para todos”.