Duran entre una semana y dos en hacerse entrevistar en los medios de comunicación. Buscan como sea hacer noticia atractiva, de una forma u otra y no les liga la suerte, ni pagando todos los boletos de la rifa que ellos mismos se inventan. Son los “nuevos partidos”, las mismas caras de otro color y los mismos rostros de otra organización falleciente que no los quiere o que ellos, la ven morir.
Son morados los pocos residuos de unos que ahora se ponen amarillo, son bipolares y tripolares, son las izquierdas queriendo un día más de propaganda, una semana más de publicidad gratuita, un mes más de conferencias, seminarios y charlas donde nadie asiste “y nadie retuitea” para otra vez, activar marchas y movilizaciones atacando al que gobierne (así sea de su tendencia) para tratar de llevar nuevos discursos, porque los del pasado nadie los quiere seguir ni revivir.
Cada semana “nace un nuevo partido” sin ideas, sin programas, sin agenda, con el rostro maquillado de la semana anterior, que ya estaba demacrado por la inexistencia de sus acciones. Cada semana, viejas caras arrugadas -donde los bolsillos rebosaban de los pagos de inútiles consultorías y puestos de gobierno- se ponen en sus programas periodísticos y medios caviares favoritos (activistas y militantes de las múltiples izquierdas del odio) a presentarse en sociedad y suciedad, porque el polvo se les sacude en horas desde las redes sociales que revelan sus asquerosidades, traiciones, prontuarios y calamidades auto infringidas.
Son los mismos de antes, pero ahora se esparcen en diminutos grupos que buscan resonancia, en medio de sus fracasos. Son los comunistas que luego fueron “Unidad Popular” y al tiempo “Fuerza Social” para después cambiarse de sobrenombre a “Frente Amplio” y en unos años autodenominarse “Juntos por el Perú” y ante tantos fracasos, ponerse “Nuevo Perú por Democracia, Soberanía y Justicia” para -por ahora-, usar la huachafería con el nombre “Nuevo Perú por el Buen Vivir”. Este es sólo un ejemplo de uno de los 40 grupos de están “en camino” a su participación oficial, cuando ya han sido oficializados 26 partidos o máscaras de partidos, de los que aproximadaente 20 provienen de militantes, activistas, socios, ex socios y aliados de los partidos comunistas del Perú (que eran hasta hace unas tres décadas, más de 15), pero ue “ahora”, estraégicamente deicen, no usan las palabras socialista, comunista, sendero luminoso…
La hipocresía de los cobardes de las izquierdas del odio, los llevan a presentar muchos grupos con partida de nacimiento pero sin paternidad reconocida. Han vuelto a nacer en el mismo vientre de la violencia, pero adornada, pintada de colores rosa suave, con música instrumental andina a veces, medio chicha en otras ocasiones, pasando por fines de semana en Barranco o en un bar de Quilca.
Y seguramente en los meses cercanos a las candidaturas dirán que se unen, que es hora de juntar los dedos en un mano que se haga puño y ya verán sus garras en acción, las garras de los que hoy piden limosnas para matar después al país.
Mientras “esos y esas usan la democracia”, la derecha sigue en silencio, encerrada en un cuatro lleno de presidenciables, donde nadie es reconocido como líder convocante, porque ni uno de los que hasta ahora quieren ser presidentes (sin ideas, sin programas, sin planes, sin equipos, sin metas, sin objetivos), ni uno solo es un Líder que ponga las letras del Himno a la Libertad, que comienza diciendo “es hora, ahora es hora de dar la pelea”.