No se trata de un reto ni de una locura, sino de la observación que venimos haciendo en el “Taller del Periodismo que debemos recuperar”, organizado por la Fundación Minuto Digital, con la participación de importantes referentes del Periodismo norteamericano, que nos brindaron la oportunidad de conversar, más que de escuchar, sobre los aires contaminados que siguen destruyendo la profesión de más riesgo y cambios en su razón de ser, ya que muy pocos informan, nadie explica y muchos toman posición contraria a los valores y principios de la Libertad de Prensa, como haciendo que los protagonistas acaben con su propia formación y destino.
Hablamos con periodistas de más de treinta años de ejercicio profesional y con algunos de sus Maestros, que han sido las letras de cambio y reflexión, de orientación y razonabilidad constante desde los mejores emblemas mundiales de la prensa escrita. Algunos estuvimos con ellos presencialmente y otros desde sus casas o redacciones, abriendo pantallas a jóvenes egresados y estudiantes peruanos, que hicieron que las conversaciones duraran horas de horas, amenas e interminables.
No se trata de lucir nombres, sino de ejecutar la siembra del retorno a lo mejor: el periodismo. Por eso, en la jornada principal salió un testimonio que nos causó una alerta: los caviares están sometiendo a los periodistas más jóvenes a una terrible explotación, imponiendo la manipulación desde la prensa, como una forma de imposición ideológica y a la vez, de sostenibilidad financiera comprometida con el poder político, cuyas relaciones con los medios, son de igual a igual, entre corruptos.
Si los hechos, si las noticias en determinado momento se circunscriben a la ausencia de proyectos o de iniciativas referidas al mejor desempeño de un gobierno en el área de la salud, la educación o la justicia, los jefes de redacción te ordenan que no cubras ningún hecho referido a esos aspectos que al público lector le interesan (de acuerdo a nuestros indicadores y la evidencia con que contamos), sino que “debes” seguir los temas prioritarios que se han ordenado. ¿Y cuáles son esos temas hoy llamados prioritarios? La agenda 2030 y sus derivados, colocándolos transversalmente en cada sector de interés del grupo en el cual te encuentras trabajando (el grupo mediático). Un ejemplo es el tema del feminismo y el derecho, así denominado, a evitar todo machismo visual, verbal, musical, de mensajes en redes, de señas y cuanto se pueda disgregar como ofensivo. Machismo es, en este contexto, cualquier cosa.
“Me dicen que sea caviar y recién tengo un dia en la redacción” -es lo que he llegado a pensar-. Me dan los parámetros de la influencia que va a ser transformada en las noticias que vas a leer. No hablaré de evidencias, sino de insistencias en un orden impuesto irracionalmente, un nuevo orden o algo que resulta parecido y propicia el desorden. Así, o de otras formas, no existe ninguna manera de aceptar que la degradación humana se convierta en un modo de vida, de trabajo esclavizante, sin ideas, sin libertad, casi de sumisión permanente, para terminar siguiendo como una autómata las decisiones de los que usan a los demás, en esa explotación de la juventud desde las izquierdas del odio, que se venden “humanas e inclusivas” cuando se les mira, pero que son inhumanas y agresivas cuando te someten.
Que seas caviar por un día o por uno segundos, es inaceptable. Ya lo dijeron los mejores periodistas de los Estados Unidos en nuestra intensa conversación: “Tú eres dueña de cada golpe en el teclado, no lo puedes hipotecar a un alguacil político de la nueva prensa que te está mirando con un arma sobre el cuello. Resistes, te rebelas, buscas un camino, pero nunca dejas de hacer periodismo y si te das cuenta, ya tienes una portada de lujo, si denuncias a la prensa sucia, esa que nadie quiere leer, pero te la ponen en cada esquina o página web como anuncio. Rebélate, eres periodista, no una activista del odio”.
Imagen referencial, El buen periodismo se aprende en las salas de redacción, donde se hacen las prácticas al salir de la universidad. Literal/Pixabay.