La caviarada, el conjunto de caviares que estando divididos por recelos y dinero no se unen, sino que resultan el epitafio de sus pesadillas, hacen gala de los complejos que los atormentan, de la iras que los sacuden y de las fobias que entre ellos, mantienen como antesala a cualquier decisión, siendo por convicción, indecisos. Es lo que en la terminología marxista se podría decir como “las permanentes contradicciones” de los aburguesados que solo buscan el dinero, el placer y el privilegio, en vez de la lucha, la conquista y la revolución permanente.
Del conjunto de los caviares, salen múltiples y enfrentados grupos, como las feministas no agrupadas, los LGTBIQ que tampoco tienen una sola referencia de colectivo, los sectores que realizan acciones en favor de sus “propios derechos” que colisionan con los derechos de todos los seres humanos, las asociaciones de pobladores o de los trabajadores que en ningún caso son representativos de la masa que dicen favorecer y por la cual también dicen estar “en lucha”, gremios inventados de profesiones de invención; palabras más, definiciones menos, siempre es lo mismo: muchos cárteles o mafias políticas en este caso, que no suman ni se unen porque las divisiones se hacen parte fundamental del grito que llevan dentro y que nunca produce eco, aplauso o integración.
El drama de los que quieren decirse de izquierda, pero los de izquierda no los reconocen como tales, va más allá de los complejos, al suicidio político. Y ocurre porque son “la moda”, es el racismo socialista de temporada, es la frase discriminatoria tipo “si no eres de la PUC, no cuentas sanmarquino”, “sino eres pro ideele no eres nada”. La consigna es como decirle a otros… “O admiras a Fidel Castro, o no me hablas de cambio social”. Existe pues una lengua nueva, un diccionario nuevo, conceptos nuevos que los determina la posición social y de clase, que choca con los de barrio popular, los de palabra sindical, los de las provincias más pobres (que los usan para posters de una propaganda utilitaria, monetaria).
La realidad es una sola, existen caviares de muchos colores, que pintan y despintan a “su” izquierda, a “su” centro y hasta a “su” derecha mercantilista. ¿Se dieron cuenta?