Parece mentira –yo mismo no lo creía al principio- pero ha comenzado una nueva cacería contra las voces que provienen de la derecha, represión que tiene un conjunto de operadores mediáticos que pretenden bajar el tono de la defensa de la familia, la propiedad privada, el ahorro individual, la libertad de opinión y todos los valores y virtudes que sustentan una posición diferente a la del status quo, en especial de los medios complacientes con el poder de turno, aliado de esa mezcla de odio, violencia y mercantilismo tan nocivo para el país.
Me dicen que hablar de la izquierda no es prudente, que son gentes que quieren un cambio a favor de todos. No lo considero así, no se puede dialogar con el que te quiere fusilar, no se puede abrir la voluntad y el entendimiento con los que quieren acabar con los derechos humanos, con los que han demostrado –repito sino quedó claro- que el odio y la violencia en sus manos, son un arma contra tu Familia, progreso y desarrollo.
Al mismo tiempo, he notado que con mayor maltrato a varios columnistas de opinión, periodistas y comunicadores los han “invitado a salir” de la escena radial, televisiva, escrita y virtual también, bajo el pretexto de reorganización, exclusividad, página única, pedido de los accionistas, nueva línea editorial….increíble. Pero al mismo tiempo, los alquilados que cobran del Estado (de nuestros impuestos), ya sea como consultorías, media training o el nombre que le pongan (premio cultural, concurso de iniciativas…) han ingresado en su reemplazo. Se van más buenos, ingresan más sumisos.
Y como un hecho que corre en paralelo, ha bajado el nivel de lucha y de claridad por la defensa de los valores y principios de la Democracia…. y seguimos en aspectos de telenovela, antes que dispuestos al debate político.
La frase “mientras a mí no me toquen, qué pena por ti, incumpliste y te sancionaron, no se puede hacer nada” es la cobardía e hipocresía más intolerable que vemos a diario. Pero si la tortilla se voltea, ¿Allí si piden solidaridad?
Fíjense bien: En minutodigital.news existe un amplio ejercicio de la opinión y un respeto extraordinario por lo que nos une o nos acerca. Por eso tenía que reiterar mi compromiso con los caminos de la Libertad, rumbos y deberes que otros prefieren llenarlos de puentes rotos y acertijos sin respuesta.
Ser de derecha no es un pecado ni una ofensa, es una identidad que se expresa, se siente, se fundamenta en valores y principios para todos. Ser de derecha, es sentir que un país como el Perú debe ser una nación para todos. Entonces el decirlo, el escribir sobre ello, el querer ampliarlo a más peruanos, sólo debe inquietar a los que temen a la Libertad, no a nosotros.
Limitar, confundir, dejar de abrir páginas donde uno puede decir algo a cambio de ideas y debate, es hacerle juego a sectores complacientes que tienen sus pasajes listos para irse del país cuando la hora de dar la pelea comienza.
Y si ellos se van, que se vayan, nosotros no.
Por eso, hoy más que nunca, hay que dar la pelea.