No existe un solo día en que no veamos, leamos o escuchemos noticias sobre nuevos casos de corrupción y nuevos veredictos de impunidad, que permiten a los ladrones y criminales que se robaron los dineros del pueblo (tus impuestos, mi pan, tu hambre, la esperanza de millones), estar en libertad, ya sea porque la condena es menor a cuatro años y no procede para ellos, la prisión, o porque el delito prescribió o quizás, como son mayores de cierta edad, no se permite que sufran carcelería, pero sí se justifica con ese “beneficio” irregular, que se castigue a toda la sociedad, al darle “rentabilidad al delito” que ha cometido el imputado, convicto y confeso sinverguenza.
Los que pasan a establecimientos penitenciarios, prácticamente van de vacaciones a Ancón, una especie de purgatorio que si bien no es una cárcel dorada, tampoco es el pabellón industrial de Lurigancho o los pasillos tenebrosos de Cantogrande. Ni el Sexto de antes, ni el Frontón de otros tiempos, es Ancón I y también Ancón II, como islas periféricas donde llegan los “delivery” de todo Lima. ¿No lo sabían?
Y no sólo eso, hasta de un distinguido lugar de Ancón arribaban mozos, un chef, un barman y un músico a deleitar desayunos con tostadas francesas y un apetitoso filet mignon a medio día. Sólo faltaba la hora del té, al estilo inglés, pero esa no es una costumbre nuestra, por ahora. Eso, que no es cuento, pero nadie se da cuenta, ocurre con absoluta impunidad, según nos cuentan; no nos consta pero tampoco dudamos de nuestras fuentes que piden reserva en el dato.
Por lo tanto, ante los innumerables rumores de las cárceles que parecen zonas vacacionales de tiempo compartido, creemos, opinamos mejor dicho, que todos los procesados y sentenciados por corrupción, siendo autoridades electas o funcionarios públicos contratados o nombrados en el Estado, deben estar en Yanamayo y Challapalca, instanlándose allí los Juzgados correspondientes. Eso sería interesantísimo para que los que pretenden seguir esos rumbos del delito, no se atrevan fácilmente a intentar satisfacer sus delitos, sin conocer su siguiente destino.
Retamos al Congreso, al Poder Ejecutivo y a todos los partidos políticos -sin excepción- a presentar las iniciativas legislativas que hagan inmediata esta aplicación de la Justicia que todos reclamamos.
De no hacerlo, sabremos quiénes están donde están.