Nota de Redacción; este artículo fue premonitoriamente escrito por Rodulfo Cortez hace mucho tiempo y hoy, es evidente que lo dicho, resultó cierto.
Como dije, tenemos Chinchero para rato. Ahora se anuncia que la adenda suscrita por la gestión de Vizcarra ha sido “suspendida” por un plazo de tres meses, “para no estar presionados durante las negociaciones sobre lo que se deberá hacer”.
Eso implica inexorablemente que el contrato del aeropuerto no ha “quedado sin efecto”, como anunció el renunciante ministro antes de dejar la cartera, así como tampoco que el proyecto no vaya para adelante sin Kuntur Wasi, como aseguró PPK.
En efecto, contrato y adenda son documentos suscritos por las partes y contienen disposiciones que las obligan (o que las exoneran de obligaciones) y tal como se aprecia de sus textos (ver Nota), por la adenda suscrita Kuntur Wasi ya no tiene más la obligación de alcanzar el cierre financiero a que obligaba la Cláusula nueve del contrato, bajo pena de que el concedente pudiera invocar por esa causa la caducidad de la concesión.
Entonces, ¿para qué los 90 días? ¿En esos tres meses qué se podrá lograr? Pues lo primero que se me viene a la cabeza es que creen que “ganarán tiempo” para que se enfríe un tema hoy candente y muy sensible. Difícil, Chinchero seguirá siendo un tema que perseguirá a este gobierno.
Pero durante ese tiempo es muy probable que el ejecutivo proponga e insista en una resolución consensuada, lo que de darse también tendría un costo para el país pues la empresa no querrá retirarse si por lo menos no se le reembolsan los gastos en los que ha incurrido y “una alita”. Al parecer, y dependiendo del tamaño de la alita, esta sería la opción deseable.
Otra opción es que se mantenga el contrato, lo que implicaría grandes desembolsos del Estado (movimientos de tierras y entregas de dinero) hasta el momento en el que Kuntur deba meterse la mano al bolsillo y hacer los suyos (momento que gracias a la adenda es muy posterior), y desembolsos estos últimos que no es seguro pueda hacer pues se habla de que esa empresa no cuenta con la capacidad económica ni financiera para cubrir su parte de la obra.
Por último, queda el camino de la resolución del contrato, lo cual como ya sabemos sería a estas alturas -también gracias a la adenda- un acto unilateral e inmotivado que nos dejaría expuestos a una demanda ante el CIADI por los gastos incurridos y una indemnización por el lucro cesante.
Un proceso como éste contra el Estado peruano es de por sí un “buen negocio” y un activo para Kuntur, que por las altas probabilidades de éxito que encierra, tiene un valor negociable.
El panorama pues es sombrío, y todo gracias a la adenda que ha dejado a Kuntur Wasi en el mejor de los mundos, con todo el tiempo a su favor para sentarse a esperar que pase por la puerta de su casa el cadáver del enemigo.
NOTA: Para los interesados estos son los links del contrato y la adenda.
https://www.mtc.gob.pe/transportes/concesiones/documentos/Contratodeconcesionaerochinchero.pdf https://www.mtc.gob.pe/transportes/concesiones/documentos/Proyectos/proyecto–adendaN1-KunturWasi.pdf