Según el Banco Mundial, en las últimas décadas, el sector privado ha cumplido un rol fundamental en el crecimiento económico y la reducción de la pobreza. Así, la integración en los mercados mundiales y el aumento de la competitividad del sector privado han contribuido al crecimiento sin precedentes de muchas economías. No obstante, muchos países en vías de desarrollo no han podido aprovechar plenamente este potencial económico. En el nuestro, de acuerdo con cifras del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), la inversión privada representa alrededor de un cuarto del PBI en cada año de la última década, por lo que se trata del segundo componente más importante después del consumo privado.
Según estimaciones del BCRP, la inversión privada se contraería un 2.5% en términos reales en 2023, con lo que acumularía dos años consecutivos de caída. La inversión minera, que representó el 10.8% del total en 2022, caería un 18.9% en términos reales en 2023. En este desfavorable contexto, analizamos algunos de los principales resultados de los indicadores vinculados con la inversión privada, la cual requiere medidas concretas para impulsarla y permitir el desarrollo de grandes proyectos de inversión.
La inversión privada atraviesa un escenario desfavorable en el país. Como mencionamos en el Semanario 1166 la inversión bruta fija a nivel nacional registró una caída de 10.7% respecto de similar periodo del año anterior. De manera desagregada, la inversión pública cayó un 1%, mientras que la inversión privada registró un retroceso del 12% en el periodo de análisis, según cifras del BCRP. Cabe destacar que esta última representó un 86.3% del total, lo que resalta su importancia para el crecimiento económico.
Además de la contracción en la inversión privada, el PBI a precios constantes de 2007 se contrajo un 0.4% en el primer trimestre del año, debido a la disminución de la demanda interna (-0.6%), así como a la caída de las exportaciones de bienes y servicios (-1.5%), según información del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Además, si bien aún no se tienen las cifras oficiales del desempeño de la economía en el segundo trimestre del año, al analizar los resultados mensuales, observamos que, en abril y mayo, la producción nacional registró variaciones del +0.31% y el -1.43%, respectivamente. Con ello, la economía acumuló una contracción del 0.49% en los primeros cinco meses del año. Además, la proyección de crecimiento de la economía fue revisada a la baja por el BCRP, y pasó del 2.6% en marzo al 2.2% en junio. Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) también ajustó su estimación de crecimiento para la economía peruana, que pasó del 2.4% en marzo al 2.2% en mayo.
En cuanto a los indicadores asociados con la inversión privada, se encuentran la importación de bienes de capital, el consumo de cemento y las expectativas empresariales, ya que estos presentan una tendencia similar a la variable de interés, según las cifras históricas del BCRP.
Entre enero y junio de 2023, las importaciones de bienes de capital sumaron US$ 6,944 millones, un 9% menos respecto de similar periodo del año anterior, según cifras de la Sunat. De manera desagregada, los bienes de capital para la industria (US$ 4,421 millones, -7.7%), los materiales de construcción (US$ 647 millones, -33.7%) y la agricultura (US$ 88 millones, -14.4%) fueron los que generaron dicha reducción. Por su parte, los equipos de transporte (US$ 1,788 millones) registraron un crecimiento del 1.4% respecto del primer semestre de 2022.
Ahora bien, de acuerdo con el INEI, el sector privado fue uno de los más afectados por los conflictos sociales en el sur del país, la inestabilidad política y los fenómenos climáticos en las regiones norte y centro del país, lo que ocasionó un ambiente de riesgo y una mayor desconfianza para las empresas nacionales y extranjeras. Por su parte, según el BCRP, las expectativas empresariales disminuyeron considerablemente en enero y se venían recuperando en los meses posteriores, aunque en junio retrocedieron. Así, el índice de expectativas de la economía a 3 y 12 meses se ubicó en 44.7 y 54.5 en junio, respectivamente, la primera en tramo pesimista y la segunda en tramo optimista.
En un escenario en el que nos enfrentamos a un limitado crecimiento económico, recuperar la confianza empresarial e impulsar la inversión privada deben ser medidas prioritarias. En ese sentido, el Gobierno debe mostrar un horizonte claro, con acciones concretas que permitan predictibilidad y el despliegue de grandes inversiones, lo que se traduce en mayor crecimiento económico y más oportunidades para los ciudadanos.