De acuerdo con cifras de la Enaho, en 2021, las mypes representaron el 96% de las empresas peruanas y emplearon un 43% de la PEA, lo que evidenció una mejora de 16.4 puntos porcentuales (pp) en el porcentaje de esta que laboraba en 2020.
Estas unidades de negocio registraron ventas anuales por S/ 107,945 millones, lo que significó un incremento del 78.5% frente a lo reportado en 2020, suma que equivale a un 12% del PBI.
Dichos resultados se explicarían por una mayor demanda, debido a la reactivación económica del año anterior, producto del levantamiento de las restricciones asociadas con la contención de la COVID-19 en nuestro país.
Según cifras de la Sunat, la informalidad de las mypes ascendió al 86%, un 1.6 pp por encima de lo registrado en 2020. Si bien, en 2021, las mypes aumentaron un 76% respecto de lo registrado en 2020, las mypes formales crecieron un 58%, lo que indicaría un aumento en mayor proporción de las empresas informales que las formales.
Por otro lado, entre las características de las mypes que influyen en el desempeño de sus negocios, se tiene, por ejemplo, que un 47% de los emprendedores mypes contaban con al menos un producto financiero formal y un 25% empleaba métodos de ahorro informal; el 76% de estas no lleva ningún registro de cuentas; el 81.7% de los trabajadores son familiares del dueño del negocio; el 87.1% de sus trabajadores no se encuentra afiliado a ningún sistema pensionario y tan solo el 1.7% cuenta con seguro social; y un 19.3% de trabajadores labora más de 40 horas a la semana y un 3.6%, más de 60 horas.
Estas características de las mypes en 2021 dan cuenta de ciertas mejoras en indicadores específicos, siendo uno de los más saltantes el que corresponde al uso de al menos un producto financiero formal, puesto que en 2020 el porcentaje de emprendedores mypes que lo usaban fue del 39% (8 pp por debajo de 2021). Así, la dinámica de la demanda en un escenario pospandemia habría llevado a una mayor parte de las mypes a bancarizarse, como un instrumento para facilitar sus ventas.
No obstante, aún queda mucho por mejorar en materia de formalización, lo que va de la mano, entro otras cosas, con acciones correctas y oportunas de los distintos niveles de gobierno para impulsar la productividad de las mypes.
Por ello, con el objetivo de mejorar la focalización de las políticas públicas en favor de las mypes, ComexPerú ha desarrollado el Índice de Capacidad Formal (ICF), el cual, a partir de datos de la Enaho, permite monitorear y evaluar anualmente, y de manera rigurosa, las capacidades que tienen estas empresas para formalizarse, según determinadas características. Este índice permite evaluar qué tan propensas son las mypes a estar registradas en la Sunat y lo que ello conlleva para estas en materia de formalización.
Para un análisis más minucioso del índice se identifican según el sector y departamento en el que operan. Así, en cuanto a la distribución de las mypes por tipo de actividad, un 47% de las formales e informales se dedicaron a actividades relacionadas con el sector servicios; un 36%, al comercio; y un 14%, a la producción. Mientras que, por zonas a nivel nacional, Lima concentró un 11.5% del total de mypes; seguida por el norte del país, específicamente los departamentos de Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad, San Martín, Loreto y Ucayali, así como Ica y Arequipa (entre el 4% y el 8% del total).
El resto se encuentran esparcidas por el territorio peruano, siendo la sierra central donde se ubica la menor proporción. Los resultados del Índice de Capacidad Formal muestran cómo aún en un escenario pospandémico existe una afectación negativa en la capacidad formal de este tipo de empresas, salvo en aquellas dedicadas a la producción.
En lo que respecta a las mypes dedicadas a servicios y comercio, estas han reducido su ICF, por lo que han disminuido sus incentivos para formalizarse; mientras que las de producción mejoraron dicho índice.
Asimismo, en cuanto a las diferencias departamentales, en la costa sur y los departamentos de La Libertad y Madre de Dios se evidencia un mayor ICF; es decir, en estos últimos departamentos, además de Ica, Arequipa y Moquegua, existe una mayor proporción de mypes con alto nivel de capacidad formal, lo que se traduce en mejores prácticas contables, mayor propiedad de servicios para el desarrollo de actividades empresariales y mejores condiciones en su mano de obra. Mientras que, en la sierra sur, Cajamarca, Huánuco y Ucayali se encuentran las mypes con menor ICF, para las cuales resulta menos probable o más “difícil” mejorar sus indicadores de formalización, debido a que se encuentran en un nivel inicial o precario de operaciones, o no cuentan con la capacidad de gestión necesaria para hacer frente a los retos que implica operar en el sector formal.
Para fomentar el desarrollo, la generación de mayores ingresos y sostenibilidad de las unidades de negocios mayoritarias en el tejido empresarial peruano resulta fundamental diseñar e implementar políticas de corto y largo plazo, más aún desde los Gobiernos locales.
Solo con acciones de facilitación operativa y flexibilización laboral, así como de acceso a servicios básicos, las mypes encontrarán un ambiente propicio para formalizarse y así elevar su productividad. Si, por el contrario, se establecen medidas que van en contra de este objetivo, como encarecer la contratación o limitar la tercerización, estos resultados no solo se repetirán año tras año, sino que empeorarán.
Accede al Reporte en http://www.comexperu.org.pe/upload/articles/reportes/reporte-comexperu-001.pdf