En un contexto de precios altos, así como de recortes en proyecciones de crecimiento económico a nivel mundial, cabe preguntarse qué pasará en el futuro cercano. En ese sentido, en los últimos días se ha hablado acerca de una posible estanflación.
“Estanflación combina los términos «recesión» (o estancamiento) e «inflación»; es la situación económica que indica la simultaneidad del alza de precios, el aumento del desempleo y el estancamiento económico, entrando en una crisis o incluso recesión” (apunte de la Redacción).
Según el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), la estanflación es un proceso económico en el cual se produce un estancamiento económico (crecimiento bajo o negativo de la producción y alto desempleo) en conjunto con una alta inflación.
Después de un 2021 caracterizado por la recuperación de la economía mundial y una alta inflación, 2022 ha continuado con esta última, debido al alto precio de los commodities, así como del petróleo, los alimentos y el transporte. En ese sentido, el Fondo Monetario Internacional proyecta que la inflación en 2022 será del 5.7% en las economías avanzadas y del 8.7% en los mercados emergentes y las economías en desarrollo.
Asimismo, el Global Economic Prospects, del Banco Mundial, afirma que la recuperación global se desacelerará debido a la disminución del apoyo de las políticas fiscales y monetarias y los cuellos de botella persistentes en el suministro de mercancías. Además, la perspectiva tiene varios riesgos a la baja, entre los cuales se encuentran el conflicto entre Rusia y Ucrania, las expectativas de inflación no ancladas y el estrés financiero.
Dada la definición de estanflación y el contexto mundial, es necesario analizar los tres drivers que la podrían conducir en el caso peruano.
Primero, el PBI peruano registró un aumento del 4.9% interanual en febrero. Si bien este crecimiento no es bajo, es importante señalar que tiene como base el mes de febrero de 2021, cuando se establecieron restricciones para afrontar la segunda ola de COVID-19. Asimismo, con respecto al desempeño para 2022, BBVA Research redujo su proyección de crecimiento del Perú al 2%, mientras que el FMI estimó el crecimiento en un 3%, cifra menor a la proyectada en octubre del año pasado (4.6%).
Según el informe del BBVA Research, el recorte de su proyección se debe a un escenario con condiciones externas menos favorables, un debilitamiento de la confianza empresarial y la mayor conflictividad social experimentada. Asimismo, en marzo, Standard & Poor’s rebajó la calificación crediticia de nuestro país. Esto tendría como consecuencia un debilitamiento aún mayor de las expectativas privadas, con lo cual el crecimiento se vería afectado negativamente.
En segundo lugar, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática, la tasa de desempleo en Lima metropolitana fue del 9.4% en el primer trimestre de 2022, mientras que en el cuarto trimestre de 2019 alcanzó el 6.1% de la población económicamente activa. Por otro lado, a nivel nacional, la tasa de desempleo alcanzó el 4.4% en el cuarto trimestre de 2021, 0.8 puntos porcentuales mayor a la tasa de desempleo registrada en el cuatro trimestre de 2019 (3.6%).
Como se puede observar, si bien la tasa de desempleo en Lima Metropolitana y a nivel nacional ha disminuido con respecto a 2020, aún se encuentra en niveles mayores a los registrados antes de la pandemia. Dadas las expectativas empresariales pesimistas y con una inversión privada proyectada del 0% para 2022, la recuperación del empleo se vería afectada.
En tercer lugar, la inflación registrada en 2021 fue del 6.4%, la mayor en 13 años, mientras que en el primer trimestre del presente año la inflación acumulada es del 1.84%. Por tanto, esta podría seguir a niveles altos durante 2022. Ante esta situación, el BCRP ha respondido con 9 alzas consecutivas de la tasa de referencia, con la finalidad de anclar las expectativas de inflación de los agentes.
La inflación alta no es un fenómeno exclusivo peruano, sino mundial. Los altos precios de los commodities, como el petróleo, el maíz y el trigo, así como de los fletes, debido a los problemas de oferta y el conflicto entre Rusia y Ucrania, han afectado a la mayoría de las economías, en especial a la de los países en desarrollo.
En resumen, se puede afirmar que los indicadores de empleo y crecimiento del producto en el Perú se están recuperando y, en algunos casos, superando los niveles prepandemia. Sin embargo, debido a las menores expectativas empresariales, así como un entorno económico mundial más complicado, las proyecciones para el 2022 son cada vez menos alentadoras. Sumado a esto, una inflación galopante en 2021 y los primeros meses de 2022 puede ser signo de una posible estanflación en el futuro.
En ese sentido, debe ser prioridad recuperar la confianza de los actores privados para mejorar los niveles de inversión privada y así crear puestos de trabajo. Como resultado, se podrá mejorar el entorno económico en el corto y mediano plazo, y esquivar la estanflación a la que muchos países, incluido el nuestro, ven de cerca.
Por ComexPerú / Publicado en Abril 22, 2022 / Semanario 1116 – Economía