A una pregunta tan complicada le deben salir varias respuestas, en este caso, dos caminos, del que se siente como tal y, el de quien aspira a serlo.
El sentimiento de llegar a ser, junto al de no retroceder en lo conquistado, es una suma valiosa que mueve a la gran masa social de clase media, porque quienes logran dar avances –sea en lo social, cultural, económico, educativo, laboral, etc.- por mínimos que para otros pudiese ser, ya están inmersos en el campo de la Clase Media. Es decir, todo pequeño impulso, conlleva un avance evidente en la vida de quienes aspiran a más.
Y por efectos contrarios, los que buscan encontrar o construir esas válvulas de escape a la pobreza, también han avanzado por lo menos en su interior, en sus mentes, hacia la pertenencia en la Clase Media.
Querer serlo, aspirar a serlo, sentirse en esa identidad para seguir avanzando. Esa es la fuerza de la Clase Media Peruana, que encontrando su camino, lo conquista con sacrificio, tesón y voluntad. Esa idea se ve en las formas de supervivencia y organización frente al Estado, sea en los barrios golpeados por la economía planificada de los setentas y su herencia inmóvil de los ochenta, sea por la poca agresividad hacia el cambio en los noventa que definió el miedo al acceso liberal de mercado, terminando en modelos populistas que se han extendido más allá del año 2000, con las expansiones del proteccionismo, las limitaciones a la propiedad del dinero, los ahorros y las inversiones, además de la excesiva y numerosa carga fiscal.
Una idea de pertenencia genera “una espiral de creatividad que impulsa contenidos sociales y a la vez, políticos. Unir esos impulsos es crear Clase Media”.
Un país con miedos a realizar una reforma total en el Estado, en la economía, en las normas laborales y de inversiones, en el trato al capital, en los programas sociales que deberían tener un resultado de rentabilidad esperada y población reemplazable por haber superado etapas de pobreza, no resiste tener una Clase Media que se expande con rapidez. Por eso, los modelos estatistas, proteccionistas y populistas destruyen a la Clase Media, negándole sus derechos y oportunidades, sin darse cuenta que la Clase Media crea más trabajo, fomenta más propiedad privada, paga más impuestos y genera más inversiones que el estado.
Sin embargo, para los políticos que “hablan sobre los esfuerzos del Estado” se les vuelve muy apetecible inventar “el sacrificio del Estado por gastar en programas sociales” que en realidad son instituciones o agencias de planeamiento del empleo de burócratas caros y poco productivos, que se vuelven cargas pensionarias al contribuyente porque usan nuestro dinero para fabricarse aplausos y vanidad.
El Estado no paga impuestos, no paga tampoco pensiones, lo hacemos los contribuyentes de la Clase Media que financiamos a un Estado sobredimensionado, ineficiente, corrupto y mal administrado por los políticos tradicionales y sus grupos de poder temporal que defienden el status quo que ellos mismos han creado para mantenerse en el poder siempre.
Esos rotantes políticos peruanos no aprenden hasta ahora que el tiempo se les agota y los ciudadanos cada vez más, estamos tomando parte activa en el proceso de dirección y gestión de nuestra sociedad. Están avisados.