Durante la dictadura militar de izquierda que encabezó Juan Velasco Alvarado en el Perú los periodistas de los medios de comunicación escrita, radial o televisiva sufrieron distintas formas y métodos de presión política, logística y financiera que culminaron en el cierre y clausura definitiva de todo lo que sustentaba la Libertad de Prensa y expresión.
Con el paso del tiempo y recuperada nuestra incipiente democracia en los años 80, algunos creyeron que podían inventar esos mismos métodos pero bajo otros escenarios, sin necesidad de hacer evidente el control, ajuste o presión sobre los periodistas y las empresas.
El terrorismo comunista que destruyó el país desde los 80, fue un factor de inspiración en algún momento, para que los devoradores de las libertades usaran algunas formas de intimidación, usando la excusa de la seguridad nacional por ejemplo.
Nació el verbo peruano del secretismo, un nuevo anti valor político que aseguraba impunidad por un lado y complicidad en el otro extremo.
Vladimiro Montesinos fue el creador de iniciativas más modernas en base al dinero y el trueque de favores por titulares, columnas, artículos, entrevistas, primicias y denuncias sin sustento que destruyeron vidas, administraciones editoriales y el propio ejercicio profesional de muchos comunicadores.
Hoy en día vivimos en una máscara de dictadura, algunos de los que se sientan en el poder creen que pueden usar el Estado para armar su red de presiones y ajustes hacia los que les resultan incómodos.
Usar el poder político para amedrentar, no es prudente ni legal.
Ajustar a los medios y comunicadores confundiendo acciones represivas o ensayando reglajes mediante actitudes hostiles, sólo responde a un patrón de inteligencia desde el Estado y eso, está ocurriendo en el Perú.
Se equivocan en el gobierno y sus aliados temporales si creen que el susto suspende la Libertad, se equivocan si creen que el pulseo –acción propia de bandoleros- es suficiente para callar una voz.
Lo que fortalece la Libertad, es la consistencia de la verdad y esa palabra parece estar muy lejos de este Gobierno, lamentablemente.