Una larga, tenaz y consistente batalla por la Libertad para millones de personas llegaba a un punto de quiebre, para comenzar otra –igual de terrible- que no se iba a centrar en doctrinas o ideologías, sino en costumbres o comportamientos, prácticas o sucesos que tendrían que servir de trampolín a los herederos de la violencia y la opresión totalitaria.
Las dictaduras comunistas en Europa Oriental produjeron millones de abortos, violaciones, abusos y pederastia de la más tenebrosa forma. Los dirigentes de sus partidos –socialista, obrero, del trabajo o como les llamasen en esos tiempos- abusaban de millones de niñas, niños y jovencitas por el simple hecho de ser ellos el abuso y el Poder. Ningún proceso judicial, sentencia o condena se hizo pública a los que hicieron del terror sexual una forma de gobierno y abuso sobre la inocencia de menores de edad sobretodo.
Sin embargo, para asustar y someter a los ciudadanos y sus Familias, millones de creyentes de alguna religión fueron fusilados, deportados o maltratados en forma horrenda, sólo por tener Fe. Se dividía a sus Familias encarcelando al padre, humillando a la madre, obligando a los hermanos a separarse. Era común que una joven de 20 años tuviera en su historia clínica por lo menos tres abortos producto del abuso sexual de algún dirigente comunista y éstos miserables, se jactaban de sus actos y dominación.
Esas conductas del totalitarismo son la práctica común en el comunismo en Cuba, Corea del Norte y en alguna medida en Venezuela y Nicaragua cuando el abuso sexual es a cambio de comida, medicinas o trabajo. Inclusive, agencias de ONGs vinculadas al comunismo, siguen esas practicas de abusos, como ocurrió en Haití y otras partes del mundo con la siniestra OXFAM.
Hoy en día, la agenda comunista apunta a la Ideología de género, al divorcio, los abortos, el ambientalismo como prédica política, la promoción del escándalo sobre los valores morales, la destrucción del respeto a los padres, el cambio del ordenamiento constitucional para imponer leyes abusivas, pero señalar esto es comprarse insultos y ofensas… no importa.
Así está el mundo de los que ocultan sus miserias.