La dependencia de Europa del gas Ruso es enorme. Es una relación profunda que ha generado un balance de poder a favor de Rusia. Si Putin cierra el oleoducto, los europeos pasarán mucho frío, además de otros problemas. Por ende, a ellos lo único que les importa es su suministro. Tampoco querrán la oleada de migrantes porque ya están sobrepoblados.
La invasión de Ucrania es netamente económica, si bien tiene un ingrediente de orgullo ruso. Putin ha enfocado su ataque a objetivos militares y estratégicos, pero hay daños colaterales por bombardeos a estructuras de civiles. Ucrania está dividida entre población que se siente rusa y quiere vivir bajo dominio ruso, y población ucraniana que quiere permanecer independiente. Los ucranianos han armado a su gente, incluyendo veteranos, para luchar contra Rusia.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ya dijo que no piensa enviar tropas. Biden tampoco enviará tropas. Hay dos oleoductos, uno ruso que pasa por Belarusia hacia Polonia y Alemania, la otra de Ucrania hacia Alemania pasando por Eslovaquia y Hungría. Putin ya domina la primera, ahora quiere dominar la segunda. Las sanciones, según expertos, no tendrán efectos serios en Rusia. A Putin sólo le importa seguir en el poder, y continuar su expansión. El tema bancario no será un grave problema.
Han habido serias demostraciones en contra de estas acciones en todas las ciudades principales de Rusia. Eso le molesta. A Putin, como a China, les enfurece la presencia estadounidense en Eurasia. Ven esa presencia como un atentado a su hegemonía en su patio trasero. En los últimos 20 años, ambos países han incursionado en el patrio trasero de Estados Unidos y ésta ha permanecido impávida, manteniendo su incapacidad de empatía con los países y bajándole dos rayitas a su arrogancia. Esa actitud de Estados Unidos ha incentivado la apertura en la región a inversiones rusas y chinas.
En Rusia se rumora que barcos con gas de Estados Unidos están llegando a costas Alemanas para suplir sacar a Rusia de ese mercado. Se dice que la empresa Burisma ha tenido un oscuro proceder. En el 2014 Mykola Zlochevsky, fundador de Burisma, huyó cuando el líder del país fue depuesto, Viktor Yanukovych. En esa revolución del 18 al 23 de febrero, durante la Administración Obama-Biden, 166 ucranianos desaparecieron de la noche a la mañana y jamás fueron encontrados. Todos ligados al movimiento pro Rusia en Ucrania. Hunter Biden entró a formar parte de Burisma dos meses después de estos eventos y dejó la empresa en abril de 2019.
Recordemos que Rudy Giuliani pidió al gobierno de Ucrania que investigara sus actividades y las de su hijo Hunter en ese país. Según parece, en Ucrania prevaleció el temor a los Biden y no encontraron eco. Y aún así, Biden no los defiende de Rusia. A la OTAN sólo parece importarle el tener su suministro de gas resuelto. Rechazaron el ingreso de Ucrania a la OTAN dejándola desamparada.
Putin sabe que para tener éxito necesita neutralizar los países en su entorno que tengan sistemas más libres. Ideas que atentan contra la mano férrea con que gobierna Rusia. Ya dijo que quiere Polonia y los Balcanes, y recrear el imperio ruso. Los USA han enviado 7000 efectivos a Alemania. Rusia retiró efectivos de la frontera con China, lo que demuestra que no tiene desconfianza de Xi Jinping. Ucrania está sola. La toma será rápida.
Si Rusia triunfa, será el inicio de una nueva versión de la Guerra Fría. Esta vez, no serán comunistas versus anti comunistas. Esta vez, será una férrea dictadura de derecha conservadora versus los gobiernos que promueven el nuevo orden mundial, y un puñado que se identifican con Rusia en lo conservador pero no en lo dictatorial. Y el sandwich serán las personas que alejadas de la política, siempre quedan en el medio, aplastadas, jaloneadas, apretadas, etc. Siempre somos “el paganini de la fiesta”.
Para América Latina, este conflicto se traducirá ante todo, en inflación derivada del alza de la gasolina. Podría afectar las inversiones rusas en la región. Es posible que aumente la migración de ucranianos a la región. Para USA, si admiten la migración ucraniana, sería interesante ver si se inclinan por los Demócratas que abandonaron Ucrania, o por los Republicanos que mantuvieron a Putin fuera de su tierra.
Para quienes se preocupan, recuerden las sagradas escrituras.