Me cuentan que hace como 50 o 60 años se presentaba en la TV de blanco y negro, una serie que se llamaba “la dimensión desconocida” y era tal su éxito, que a pesar de ser todo nada más que inventos e ilusiones o exageraciones, el público que se pegaba a la pantalla creía que era verdad, que era posible, que estaba sucediendo todo lo que veían en una serie de la televisión americana que era “el centro de la atracción y de la atención”, donde Rod Sterling -el presentador-, nos introducía a escenas de fantasía y a la vez, de suspenso.
“Guionista, dramaturgo y productor, Rodman Edward Serling sería conocido como el «jovencito enojado» de la meca del cine: Hollywood. Era un activista dentro y fuera de la pantalla, que no tenía reparo en confrontar a patrocinadores y ejecutivos de la industria en temas como el racismo o la guerra. Entonces, como ahora, era la publicidad la que pagaba los contenidos de esa caja para nada idiota, y el talento de Serling para atisbar las profundidades de la condición humana encontró en la fantasía, la ciencia ficción y el horror alegorías perfectas de un mundo en convulsión, aunque revestidas de peluche y látex”. Como han leído, nada ha cambiado, porque la TV de antes es la TV de hoy, el cine, las redes, tiktok y todo lo que uno se pueda imaginar y aún más, múltiples caminos de manipulación, alienación y enrumbamiento de la gente en lo que quieren los que ponen el billete, las imposiciones y el destino del poder.
Te pueden hacer que aceptes o niegues tu propia existencia -si es necesario para ellos-, y lo aceptarás y defenderás como si fuera tu unica salida de supervivencia. Y eso, ocurre con facilidad en el terreno de la política, tan venida a meos, a no ser política, sino un juego de perversiones y manipulaciones.
Estamos en mundo sin líderes, en un país por efecto inmediato, sin líderes. Los que ponen “la agenda” son los nuevos poderosos: los asesores, es decir, los asesinos de la política. ¿Ya despertaste?