Es muy chistoso el nivel de los constitucionalistas que van apareciendo cada día en diversos medios de comunicación o en foros y seminarios que algunas universidades o grupos académicos presentan como fuente de “voces expertas” dispuestas a enseñar lo que saben, siendo que no saben nada de lo que pretenden o confunden con sus enormes limitaciones sobre el ámbito de la constitucionalidad y todo lo que significa el derecho en sí mismo.
Estos ilustrados e insignes opinantes que se presentan como “constitucionalistas”, serían algo así como el ginecólogo que pretende hacer una cirugía a corazón abierto en el tópico de una oficina: absurdo, irreal, antiético, irracional…pero vende, pero capta atención y es usado como noticia por muchos medios de comunicación, periódicos, radios, canales de TV de cable y señal abierta, medios virtuales, páginas web y redes sociales que se inundan de voces que recogen las inconsistencias de los expertos y se vuelven “ecos de la ignorancia”. Se replican o reproducen ilimitadamente y los que no saben de lo que se habla, repiten lo que a su vez ellos repiten lo que escucharon o leyeron como autómatas, sin razonar.
Un caso digno de Dina es el que ella y sus colaboradores en el autoritario gobierno que pretende hacerse común, es intentar meter de contrabando algunas excepciones en su cargo y mando (recuerden esa poco feliz frase de “tengo mando pero no comando”). ¿Qué busca? Lleva una obsesión compulsiva por salir del país urgentemente por una de tres opciones: fugar, asilarse, buscar alianzas para ella. No hay otra salida que pueda justificarse, porque el país cuenta con todos los elementos necesarios para gobernarse sin que la actual presidenta por sucesión constitucional tenga que ejercer sus funciones desde afuera. ¿Entonces a qué tantos miedos?
Dina sabe perfectamente que los caviares no le perdonan que los haya alejado del poder ejecutivo y de cuantiosas subvenciones estatales. Más de 500 funcionarios han sido removidos en estos seis meses de gobierno, entre izquierdistas acostumbrados a no hacer nada, izquierdistas que decían hacer trabajo remoto y estaban todo el día en sus casas o como si gozaran de vacaciones eternas con todos los gastos pagados, izquierdistas contratados para hacer trabajo político en favor de los iniciales grupos aliados a Castillo, izquierdistas que eran remunerados para estar parasitando en la Plaza San Martín y alrededores como una fuerza de choque y agitación permanente, izquierdistas que hacían labores mediáticas desde las redes sociales y en nuevos emprendimientos televisivos… la planilla era amplia, bien pagada y con muchos “bonos”. Al cerrarles el caño y despedirlos, el odio a Dina subió de intensidad y para vengarse están armando varios expedientes que le harán la vida eterna en el Poder Judicial y ante organismos internacionales de justicia por innumerables crímenes que no paran de contarse y documentarse.
No es que Dina repelió al terrorismo que amenazaba en las calles hacer estallar al país, no, eso no ha ocurrido. El gobierno intentó generar un miedo masivo por su propio miedo a quedarse en el poder y no tener respaldo, aprovechando un período de convulsión general, usando la represión en forma abusiva e indiscriminada, escapándosele de las manos esa arremetida insensata que queriendo hablar de respeto a las ciudades y las personas, a la propiedad privada y la Policía Nacional, hizo lo que no debió de hacerse jamás: darle argumentos a sus camaradas para que ellos la enjuicien ni bien deje el cargo… y por eso, no quiere dejarlo, pero necesita una vía de escape garantizada ante cualquier adversidad para ella. Además, Dina y su jefe de operaciones Otárola, penden de varios hilos para esta etapa y quieren tener un camino seguro que ya está hablado, que ya está conversado para salir del país y no volver, ese es el plan, no volver o, primero una vueltita y logrado algo de confianza en que se va y vuelve, salir nuevamente y no regresar. ¿Pero cual es su destino elegido? Suiza, nada más y nada menos.
Son tres opciones queridos lectores: (1) fugar, (2) asilarse, (3) buscar alianzas para ella. Fugar es lo más fácil y cobarde, asilarse es algo complicado -por ahora- si lo hace estando aquí, en el país que no la quiere pero la necesita en esta etapa de sucesión presidencial (o por lo menos eso parecía). Pero en el asunto de buscar alianzas para “ella y ellos”, para los cómplices de su “no renuncia” y continuidad a fin que puedan estar libres de acusaciones, persecuciones o condenas, es donde hay que seguir atentos y ver con mucho cuidado de dónde y cómo están viniendo algunos apoyos internacionales tan benignos y tan pedilones para aprovecharse del país en estos momentos por una multiplicidad de intereses, “a cambio de”.
Por todo esto decimos que existe una poco creíble demanda de ir a defender “la imagen del país” o conseguir inversiones en el exterior, telenovela inclusive impulsada temerariamente por los que luego dirán que es ilegal e inconstitucional que viaje, cuando adentro, el incendio no se apaga y Dina ya se está quemando.
Es un hecho que quiere asegurarse escapar de la justicia y está hilando fuerte para lograrlo.