Cada año, además de las palabras y el mensaje de nuestro Cardenal Juan Luis Cipriani, sentíamos que su voz se convertía en una arenga o un llamado fuerte de atención para retomar el camino que no debíamos abandonar. Por eso, en homenaje a nuestro Pastor, reseñamos algunas de esas palabras:
“El año 2000, en la homilía de las Fiestas Patrias, refiriéndome a las tinieblas, decía que estas tinieblas son creadas por un inmenso poder tutelar sobre el que la gente no tiene apenas control”, prosiguió.
“Algo similar estamos sufriendo hoy, esa permanente sombra que hace difícil la vida en paz, unidos, buscando el bienestar de todos”
“Los peruanos debemos afrontar la tarea de construir fuentes de diálogo que unan y no muros descalificadores que nos dividan y no debe haber lugar en ese intercambio entre hermanos en una familia como es el Perú”
“No debe haber lugar para que ideologías hechas en base al odio ni tampoco espacios para que antagonismos pretendan instalar un pensamiento único”
“Esta crisis moral se refleja de una manera dramática en los hechos que hacen tanto daño a la administración de justicia. El desafío moral que estamos afrontando nos exige construir puentes de diálogo que unan y no muros descalificadores que nos dividan”
“Urgen reformas que se encauzar con firmeza y prontitud, sin caer en los mesianismos que pretenden rehacerlo todo y refundarlo todo y que siempre acaben destruyendo todo, destruyendo lo que hay”
“La Marcha por la Vida reunió a lo largo de todo el país a millones de familias celebrando el día del niño por nacer, haciendo brotar de lo más hondo de los corazones el gozo por la vida, el matrimonio y la familia”
“Rindo mi homenaje y elevo mi oración por mis hermanos de Venezuela y Nicaragua”
“La gente quiere mejor atención en el sector de salud pública, que sus hijos reciban en los colegios la enseñanza y el testimonio de los valores de amor a la verdad, del respeto por el otro, el amor a la Patria”
“Con energía, tenemos que levantar la voz y rechazar la lacra de la corrupción, que de manera terca está en todos los niveles de la sociedad, de una manera porfiada, constante, hace difícil el trabajo, el crecimiento, la paz de nuestra patria”
Un Cardenal que el pueblo de Cristo siempre siguió, nos alienta en la esperanza de recuperar el camino, cada día, todos los días. Vayamos con Fe.