Digamos que usted tiene un vecino con una una linda casa que a usted le gusta visitar, y a sus hijos les gusta ir a jugar con los hijos de ese vecino. A pesar de ser quisquilloso y algo prepotente, es el que siempre apoya en caso de emergencias. Tiene todo el equipo que se necesita para emergencias de plomería, jardinería, temas de techos, etc.
El otro vecino tiene una casa vieja que fue hermosa en su tiempo, pero se le está cayendo el techo. En esa casa hacen fiestas, aunque no a toda la familia le permiten disfrutarlas. Algunas de esas fiestas son orgías en las que pasa de todo. A sus hijos se les ve descuidados y raquíticos, a la abuelita también, y ni placas tiene. A veces no tienen agua, ni gas, ni luz, se están cayendo las paredes, tienen el jardín destrozado. Eso sí, con manguera nueva que le regalaron otros vecinos, y se auto proclaman como los mejores para reparar casas ajenas.
¿A qué vecino le pediría usted ayuda, consejo, apoyo? Pues lo mismo sucede a nivel de la comunidad de naciones. Por más que critiquen a los Estados Unidos, son siempre, sin excepción, de los primeros en acudir en auxilio del país que sea, ante desastres causados por mano humana o por la naturaleza. Y por más que se critiquen, son millones de personas las que han arriesgado su vida por llegar a los EEUU, mientras que no es así para llegar a Cuba, sino todo lo contrario. Recordemos las imágenes de balsas improvisadas de cubanos escapando del comunismo y buscando la libertad en EEUU.
Hoy sabemos que el gobierno de Cuba ha perdido, como todo Estado socialista, sus fuentes de ingreso. Ni el azúcar, ni el turismo, ni el tabaco, le reportan al régimen cubano lo que le resulta de su muy lucrativa industria: las brigadas médicas.
Cuba tiene aproximadamente 65 mil médicos y personal de la salud en el exterior, trabajando en brigadas que no son solidarias, sino a costo, en 59 países de América Latina, Europa y África. Estos cubanos, exportados cual mercancía por la Comercializadora de Servicios Médicos S.A. han generado al régimen unos 11 mil millones de dólares estadounidenses, de los cuales, los trabajadores cubanos en las brigadas reciben entre el 5 y el 20% de lo que el gobierno de su país ha establecido como techo, como tope máximo, que es un rango entre US$400 y US$600 (entonces de esos montos, sacan su porcentaje los trabajadores de la salud cubanos enviados al exterior, lejos de sus familias, por períodos mínimos de 6 meses)
Es decir, si por ejemplo Namibia paga US$3 mil por cada médico, Angola US$5 mil, Arabia Saudita US$25 mil, los médicos reciben de ese dinero entre US$20 y US$120 mensuales porque a ellos se les cotiza entre US$400 Y US$600 al mes, y no al precio que recibe el gobierno cubano; ese es el límite en cualquier lugar del mundo adonde vayan. O sea, un negocio redondo para el régimen castrista.
En estudios en distintos países se ha visto que los cubanos reciben apenas una parte del salario en moneda del país anfitrión, muchas veces tan bajo, que apenas logran subsistir si no están cubiertos gastos adicionales a los básicos. Deben volver a su país para recibir, en partes, la paga total que se les adeuda.
En caso de tragedias familiares, no pueden dejar el país anfitrión a menos que reciban permiso especial y tengan dinero para costearse el viaje. El Artículo 135 del Código Penal de Cuba establece 8 años de prisión para quien deje un puesto de trabajo en el exterior o al no volver a Cuba cuando termine el contrato. Valientes testimonios han contado que firman contratos incluso minutos antes de abordar el avión hacia su destino, sin asesoría legal alguna.
En el 2019 la entidad Prisioners Defenders presentó una denuncia ante la Corte Penal Internacional en la que 622 cubanos en el programa de brigadas médicas denuncian y prestan testimonio de las condiciones de esclavitud en que se encuentran. Incluye el reclutamiento forzoso (no pueden negarse por miedo a represalias), son obligados a diseminar el comunismo y espiar en el país anfitrión, el supervisor cubano les retira hasta el pasaporte, deben manipular los datos para aparentar grandes beneficios de su presencia en el país anfitrión, además del aspecto económico.
La mayoría de los testigos son cubanos en brigadas médicas en Venezuela, Bolivia, Haití, Arabia Saudita, Guatemala, Sierra Leona, Sudáfrica, Angola, Ecuador, España y Brasil, donde el Presidente Jair Bolsonaro cerró el programa precisamente por los abusos además del adoctrinamiento.
Ahora, los EEUU, principal socio comercial de muchos países del Hemisferio Occidental, agrega otra sanción contra la empresa cubana que controla las remesas que entran a Cuba, fuente de ingreso del régimen cubano que también apoya al régimen de Nicolás Maduro. En agosto los EEUU bloquearon los vuelos charter a la isla, como reacción al encarcelamiento de periodistas en Cuba y por el apoyo a Maduro. Adicionalmente, se impusieron sanciones a la familia Castro y otros líderes cubanos por violaciones a los derechos humanos.
Se ha visto que entre los miembros de las brigadas médicas hay choferes, técnicos y personas que ni siquiera son personal médico. Inclusive, por ejemplo en Bolivia, las investigaciones arrojaron que muchos tenían títulos falsos y lo que hacían era labor de inteligencia.
Cuando en el Hemisferio vemos la cantidad de médicos y personal de salud sin empleo, no es difícil pensar que sería lógico contratar a los profesionales de la salud nacionales, y si se necesita, importar profesionales de fuera, pero con reglas claras, transparencia y condiciones justas. Cualquier gobierno que se respete, debería seguir el ejemplo de Brasil, Bolivia, Ecuador y El Salvador. Tener buenas relaciones con quien cuenta, es también llevar una política exterior inteligente.
Nota de redacción: Por cada profesional cubano el Estado peruano paga 2.000 dólares mensuales, según el denominado y secretísimo “convenio” con La Habana. Las quejas contra la baja calidad profesional de médicos y personal de la salud cubana, determinó la expulsión de los integrantes de las brigadas médicas cubanas en varias regiones del país.