El gobierno de Cuba detuvo a José Daniel Ferrer un 11 de julio cuando se dirigía a unas cuadras de su casa, a unirse a miles de personas que pacíficamente clamaban libertad, Patria y Vida, y derechos. No llegó a unirse siquiera a la manifestación. En dichas manifestaciones, la gente lloraba de emoción y pensaban “¡ya está!”, “¡ya llegó!, ¡Patria y Vida!”. Emociones igual de vibrantes y fuertes que cuando Batista fue despojado del poder.
Emociones idénticas a cuando España cantaba “Libertad, Libertad, sin ira libertad”, una canción interpretada por un grupo de muchachos variopintos y reflejo de la diversidad reinante, como ya lo era España, aunque el régimen en desmantelamiento y algunos viejos se mostrasen ciegos a verlo.
José Daniel no pudo ni vivir ese momento, le detuvieron antes de llegar. Instantes antes hablaba con un amigo. “Hermano, ¿tú sabes algo de lo que está pasando en San Antonio de Baños?, déjame que vea, que me han dicho que algo está pasando y estoy sorprendido, la gente parece que está saliendo a la calle… Luego hablamos”. Fue de los últimos momentos en los que el celular de José Daniel Ferrer tuvo conexión.
Al cabo de pocos minutos/horas, todo el país perdía la conexión a Internet por orden de la Seguridad del Estado. El criterio “Patria o Muerte” forzaba la represión, y todo un presidente le decía a fuerzas armadas y ciudadanos “¡Al combate!” contra esos jóvenes inocentes, que muchos confiesan lloraban y no se creían que, por fin, se podía gritar “¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!” en sus propias calles.
José Daniel fue acusado de “Desórdenes Públicos”, tal y como dice el auto de medida cautelar de prisión provisional de la fiscalía, por vociferar palabras que calificaron de “obscenas”, en particular “Abajo Díaz Canel” y “Abajo el hambre“. Ambas son opiniones, ni siquiera insultos. No hay forma en el mundo, ni con el arbitrario y violatorio Código Penal de una dictadura totalitaria como Cuba, para que José Daniel esté en prisión preventiva, y menos por desórdenes.
El desorden llegó cuando miles de cuerpos de la policía, inteligencia y fuerzas armadas, vestidos de civil, traídos en autobuses y camiones, y con bates de béisbol, persiguieron a los manifestantes para molerlos a palos y crear el pánico en la población.
El 28 de julio la familia presentó escrito de Solicitud de Modificación de Medida Cautelar. La Ley de Procedimiento Penal (LPP, art. 249.4), impone que el fiscal debe responder en 5 días naturales. La respuesta jamás llegó.
Esto llevó a presentar el 3 de agosto, al amparo de la LPP (arts. 53, 54 y 55), un Escrito de Queja, Suspensión de Medida Cautelar y Archivo de actuaciones. El término máximo de respuesta es de 72 horas. Jamás se recibió respuesta. Esto conllevó de inmediato a la familia a presentar un escrito de Queja Constitucional ante el Consejo de Estado de la República de Cuba, conforme a la Constitución (art. 61). Tampoco recibió respuesta alguna.
Con posterioridad a todo ello llegó la explicación de por qué violó el régimen su Ley Procesal. El día 16 entregan a la mujer de José Daniel, Nelva, un auto judicial de revocación fechado el 12 de agosto que supone que no sólo se le priva de libertad preventivamente, sino que esta “prisión preventiva” conduce a imponer prisión definitiva por revocación de otra causa, también falsa, de 2019, que no tuvieron la vergüenza de ejecutar.
Es decir, está preso destruyendo de manera irreversible, no preventivo, la presunción de inocencia en el proceso actual, que es además fabricado, pero también en el que se ha violado la Ley Procesal flagrantemente.
Ante esto se ha presentado Recurso de Súplica contra la citada Resolución de Revocación. Por supuesto una vez más no tenemos aún constancia de su respuesta.
José Daniel Ferrer ha estado incomunicado todo el tiempo. No ha hablado con nadie. Está confinado presuntamente en solitario. Durante semanas la familia no tenía ni atisbo de su paradero real. Su devenir, situación penal, situación física y mental es notablemente desconocida. La indefensión legal que provoca es absoluta este hecho.
El juego perverso contra José Daniel Ferrer debe llegar a su fin, y las instituciones internacionales no pueden presenciar este derrumbe de los más elementales principios humanos sin exigir el cese de la privación de libertad de José Daniel Ferrer.
Nota de redacción: Prisoners Defenders (Prisoners Defenders International Network) es una institución enraizada en el más profundo humanismo, cuya misión es la relatoría de derechos humanos, la acción jurídica y la defensa pro-democrática www.prisonersdefenders.org
Puedes acceder al Reporte completo de Prisoners Defenders en el siguiente archivo:
Jose Daniel Ferrer en prision Rechazamos este nuevo cruel trato a el y su familia