Cuando las discusiones vienen encapsuladas en la manipulación desde los medios de incomunicación y desinformación, el resultado sigue siendo el mismo, ya que no es noticia que la señora Boluarte tenga 5% o menos de “aprobación” porque las personas “están en otra dimensión” que se llama hambre, trabajo, salud, deudas, educación, familia, presupuesto del día a día, esperanzas y oportunidades para sobrevivir. Y todo eso, supera en un 100% a los resultados de todas las encuestas que, además, se hacen a medida de quien las paga (cuando se trata de asuntos políticos y electorales).
Los ciudadanos y sus familias no apoyan ni rechazan a Boluarte como convicción, fanatismo o maldición, porque no les interesa, no es lo prioritario “ahora” porque saben que, si sigue, todo será igual. Y si se va, todo será peor, como siempre. En consecuencia, solo queda -eso piensan las multitudes que no salen a las calles a protestar ni aplaudir- esperar que el cadáver se entierre o que alguien se lo lleve, pero los trabajadores, los emprendedores, los campesinos y los obreros, los jóvenes y los padres de familia, no.
Y el Congreso, es otra sucia carta de la baraja que tiene al Poder Judicial, al Ministerio Público, al Tribunal Constitucional, a la desacreditada Policía Nacional y hasta a las diversas iglesias (en cuanto a sus pastores), como una timba que nadie quiere jugar porque ya se sabe que entre miserables está la trampa. Y lo vemos a diario cuando se enfrentan por intereses, pero no institucionales, de principios, sino de grupos de presión que los alimentan para saciar sus apetitos de corrupción, impunidad y ganancias mal habidas.
Las encuestas no aplican ahora, ni mañana, en política. Las encuestas no son confiables en temas electorales. Todas las encuestas de ese mundo de manipulaciones tan evidentes son ampliamente rechazadas y al ser publicadas y difundidas, “explicadas y analizadas” en los medios de la difamación y la calumnia, a los ciudadanos no les importa, no surten efecto de influencia, no saben a nada bueno y de eso, de todo eso, se aprovecha el actual gobierno para seguir en lo mismo, o peor, en nada.
No hay un solo líder, ni dirigente político popular aspirante a la presidencia, con ideas y propuestas constantes, caminando con la gente, hablando con todos, enseñando, educando, construyendo equipos de gobernabilidad, dando ejemplo y no callándose la boca.
No hay ni una sola alternativa popular de gobierno nacional, regional o local, ni una.