Los vaticinadores de lo que va a ocurrir, de lo que tiene que hacerse y de lo debe de priorizarse, es tremendo en el Perú de estos años de confusiones y enredos en todos los campos posibles: economía, educación, trabajo, salud, orden interno, procesos de gobierno, rentabilidad para las políticas públicas, infraestructura para la longevidad. Pero, ¿De qué prioridades hablan los sabios de la manipulación impuesta como verdad, que se construye en un círculo sinuoso de medios de comunicación y agentes políticos de grupos de presión y de poder? De nada posible si se trata de colocar a los valores democráticos y la Libertad, como los ejes y destino de cada ciudadano y la sociedad en su conjunto.
El imponer lo que la fábrica de manipulación política desea que hagan, piensen y digan como autómatas los peruanos, es el autoritarismo que las izquierdas del odio ya han sembrado por años y se viene derrumbando a pasos fuertes, a voces valientes y a golpes necesarios. Los ciudadanos ya no son los tontos que asentaban ante cualquier discurso sus cabezas en posición de rendición y hacían eternamente cierto eso de “largo tiempo el peruano oprimido”.
Es así que hoy se rechaza, se protesta, se cuadra al sinvergüenza y se pone en duda a los que se dicen honestos cuando juramentan como ministros o congresistas, como alcaldes o regidores, hasta que demuestren lo contrario, todos los días y aún despues de haber ejercido esos cargos que pagamos con injustos y elevados impuestos que no nos dan retorno, rentabilidad social, resultados y evidencias que se hizo un buen pago, por un buen trabajo. Eso, es un sueño que no aparece jamás, porque las pesadillas le quitan espacio a las ilusiones y las pesadillas llegan a convertirse en realidad permanente.
Los ciudadanos deben escalar en sus actos por la Democracia y la Libertad, formándose mejor, leyendo libros de historia, filosofía y literatura universal como primer fundamento, porque es con la historia que rescatamos valores y reconocemos virtudes, es con la filosfía que nuestros pensamientos se ordenan y sabremos reflexionar con claridad y es con la literatura universal que mejoraremos nuestro hablar, escribir, comunicar, entender y transmitir. Escalas de crecimiento, eso nos falta pero podemos iniciarlas con decisión y gobiernos limpios, cultos, patriotas.