Es un reclamo y una esperanza, pero nadie reclama por ello y nadie construye el sueño: no hay líderes, no tenemos esperanza, seguimos en lo mismo, cada día peor.
No se trata de decir que Dina es mejor o peor, que tal o cual debería “ser” y que tales o cuales no deberían estar. Es la democracia, la maldita democracia –así le dicen algunos-, democracia que no se fortalece, que no se edifica, que se deja herir, sangrar e ingresar en zona fantasma, porque nadie la ve en tu total expresión de necesidad y fuerza.
Tener ciudadanos en una nación extraordinaria que siguen, por ejemplo, miren esto y renieguen… a un pobre diablo, pedófilo y sátrapa como Evo Morales de Bolivia, es un contrasentido, pero ocurre. Hasta ese nivel de degradación se llega en la zona de Puno, colindante con Bolivia, cuyo único lazo histórico en el siglo XX y XXI es que se sostienen en el terrible delito del narcotráfico, el contrabando, extracción minera contaminante e ilegal, trata de personas, explotación sexcual infantil y juvenil… ¿algo más?…en una loca ideologización extremista de la izquierda subversiva.
Ese cuadro atroz y denigrante, nos revela que allí donde se sostiene el delito, ahora se impulsa el deseo de arrasar, conquistar, arrebatar y demoler los fundamentos y principios de la democracia y la libertad. Y mientras unos cuantos miles hacen de esa campaña del odio y el resentimiento su grito de guerra, millones no ven esa acción como amenza, ya que millones están indiferentes, minimizando a esos pocos que hacen daño como si fueran muchos.
Lo cierto es que hay que eliminar esas amenazas, hay que poner un muro de contención a esos vándalos y criminales que usan niños, madres, ancianos y gentes muy pobres, para obtener víctimas y con eso, dinero sucio de sus oenegés también sucias, las de derechos inhumanos.
Hoy sabemos de las falsas que van con polleras y mantas –llicllas- en las espladas, pero conteniendo drogas y contrabando, que gritan esas falsas a los Policías, con frases como “mi niño, mi bebé, no toques mi lliclla” y cuando se nota un resquicio, se descubre que no hay ni niño ni bebé, sino 16 paquetres de droga, o debajo de las polleras, envases con el ilegal mercurio, el veneno de la minería ilegal, para contaminar ríos y lagos de la amazonía donde depredan en busca del oro.
Las supuestas víctimas son artistas enajenadas, seres de odio que por unos cuantos billetes venden su dignidad y se arrodillan al comunismo que las manipula.
Pero todo esto podría dejar de pasar, si es que hubiesen lideres, si es que los ciudadanos se organziaran y tuvieran dirigentes y no viciosos impuestos para soliviantar a las masas.