“Si un príncipe sustenta su Estado con tropas mercenarias, no estará nunca firme ni seguro” Nicolás Maquiavelo
Este imaginario cuento se inició con nuestra participación en la reunión del Fondo Monetario Internacional (FMI) en octubre último, donde recogimos que todas las economías enfrentarían un necesario periodo de consolidación fiscal, con el propósito de detener el crecimiento de su deuda. Ello debería demandar, por tanto, definiciones respecto de la distribución del esfuerzo adicional a realizar, por sectores, como en lo territorial. Para que toda la administración nacional, subnacional y local, en los diferentes países, este involucrada.
Como este cuento se desarrolla en el Perú, la confirmación de los 4 puntos del PBI de déficit fiscal del 2024, de acuerdo con cifras del Banco Central de Reserva, en su nota semanal del jueves último [1]. Es clave para precisar, el costo para los peruanos, que engloba la gestión del ministro Arista, 12,250 millones de soles [2]. Producto que ha, más que duplicado, el gasto por intereses de deuda respecto de la gestión del ministro Contreras quien tuvo un déficit fiscal de 2.8% del PBI.
Si bien Arista Arbildo, a quien califiqué de camaleón, por haber cambiado de colores según la ocasión, de los cargos ocupados en la administración pública, se ha mostrado como mal ministro, además, incapaz, y hasta ridículo, con la triste estrategia de solo señalar “disque discrepancias”, ante decisiones que provienen del Congreso, y se pone de perfil, siendo un ministro que solo manifiesta discrepancias en su forma de seguir en el cargo, permitiendo saqueos.
Un ministro de economía y finanzas está, para, junto con un gobernante, detener el crecimiento en el déficit fiscal. Nicolás Maquiavelo[3] escribió en su obra más conocida: “Lo que parece virtud, es causa de ruina, y lo que es vicio, trae bienestar”. Así se refirió, a la prodigalidad y tacañería del gobernante, en su caso, Príncipe. Porque una prodigalidad que termine perjudicado a muchos; y, beneficiado a pocos, es de las peores. Dado que peligra la estabilidad al menor riesgo.
A esta fecha, tenemos, además, dos hechos. Presupuesto 2025 aprobado con 4.5% de crecimiento, y nuevo miembro, desde noviembre, en el Consejo Fiscal. Un Consejo Fiscal, siempre tan propio y mesurado en sus expresiones, que nadie, menos del pueblo, recuerda que emprendiera algún liderazgo desde su fundación en 2013. Aquí voy a hacer referencia para que todos, esta navidad, volteemos a observar el árbol de navidad en Argentina. El liderazgo que Luis “Toto” Caputo y Javier Milei imprimen, está iluminando su país. No les gustara sus formas o expresiones, pero en lo concreto, el pueblo “los está bancando a mil”, por sus resultados.
Aprovecho en estas líneas, nuevamente para saludar el ingreso de Diego Macera al Consejo Fiscal, porque lo hace mantener su posición como director del Banco Central de Reserva. Además, porque la consideré, decisión valiente. Dado que implica que el Banco Central acepta dar un paso al frente, para proteger la estabilidad e independencia de su institución, y aportar en la coordinación, entre la política monetaria y fiscal. Sin embargo, ustedes conocen de mi deseo en esta navidad para todos los peruanos. Nuevo ministro de economía y finanzas. Así lo expresé, y sustenté, con números y razones. Veremos si el niño Jesús me lo concede, aunque sea para Reyes.
Sin embargo, sea el mismo, o uno nuevo por venir. En dos semanas se iniciará la ejecución presupuestal 2025, donde no debe repetirse la misma situación, que significó crecimiento en la deuda por incapacidad de hacer frente al déficit. Por ello cuando titulé este artículo “Dina y sus mercenarios” no lo hice para referirme a un conjunto de música tropical andina, sino traer a la memoria de los peruanos a Nicolás Maquiavelo.
Porque dice que el “Príncipe” siempre debe preferir tropas propias por sobre mercenarias o prestadas. Dado que las mercenarias: “carecen de unión, son ambiciosas, indisciplinadas, infieles, fanfarronas en presencia de los amigos, y cobardes contra los enemigos, y que no tienen temor de Dios, ni buena fe con los hombres”. Un Millenial diría: “Nico las destruiste en dos líneas”. El pueblo, el etnos, cuando ve que un gobernante actúa con tropas mercenarias. En su debilidad, se guarda, se protégé por un tiempo, esperando su oportunidad.
Por ello, estas navidades recomiendo a Dina, lectura propia y repetida de varios capítulos del Príncipe. Por favor, que no se los vaya a leer ninguno de sus ministros, menos Morgan. Porque ya sabe, todos caben en la descripción de Maquiavelo, como mercenarios. Además, porque ha sido el pueblo quien le otorgó aceptación a su soberanía para gobernar. Para que lo hiciera con bien; y porque ese mismo pueblo sabe, al haberlo vivido con otros príncipes, que “en tiempo de paz” las tropas mercenarias “pillán ellas” si les dejan; y “en tiempo de guerra” dejan ellas que le “despojen los enemigos”.
Entonces Dina si no cambias por tropas propias para que reduzcan el crecimiento de la deuda en un presupuesto público que ya se aprobó con un crecimiento de 4.5 %, respecto de lo presupuestado el año anterior. Vivirás las consecuencias por tu complicidad con un congreso, de fortunas manchadas o de ingresos desaforables. Mientras tanto seguiré esforzándome por señalar, por redimir de aquello que estorba.
Al respecto seguiré apuntando por el cambio de un Consejo Fiscal cosmético, seguiré señalando que la legitimidad fiscal es clave en la competitividad en el siglo XXI. Porque, dentro de las tropas propias están también aquellos que miden, observan o evalúan. A todos ellos les digo, no es apropiada la sola comparación de un stock con un flujo. Porque con ello se esconde que el stock pueda crecer siempre. Así muchos mercenarios dirán que en la ratio deuda/producto de, por ejemplo, 2025 se mantiene una situación saludable del gobierno. Cuando hay 12,250 millones de rezones menos disponibles para invertir en favor de los peruanos.
El aumento en el pago de intereses es transferencia directa de dinero del pueblo hacia otro agente, distinto del gobernante. Con ello se disminuye año a año el poder hacer cosas en su beneficio. Por ello en la república, a diferencia de un reino, los impuestos son para atender los compromisos contraídos con el pueblo. Para lo cual las “tropas propias” requieren que quien las comande, de las ordenes apropiadas para el logro de lo deseado.
No voy a personalizar más en el ministro, porque saben que deseo otro. Sin embargo, es indispensable la designación de viceministro de hacienda, cuanto antes. Porque es quien debe realizar la correcta designación y supervisión de los otros comandos que aseguren el logro de objetivos en todo el territorio. Porque cuando las tropas propias no están alineadas, son como tropas mercenarias o prestadas, haciendo que el eterno perjudicado, sea el pueblo, quien entrega los dineros que aseguran la soberanía de otros.
Me despido informando que próxima entrega realizare análisis de la existencia de entreguismo y clientelismo en la determinación de zonas económicas especiales por la sola diferencia de tasas impositivas. Aquellas que hacer pensar que son las exoneraciones en las tasas, lo que incentiva[4], cuando en realidad son lo más injusto, las exoneraciones. Porque nadie considera la lluvia injusta, si cuando llueve, todos se mojan.