Los resultados electorales han demostrado que cuando se unen ideas y propuestas en bien del país, la siembra produce resultados innegables hacia el progreso y el desarrollo, dos conceptos que las izquierdas violentas y llenas de odio no pueden ni podrán revertir. Es esta una señal de esperanza, una pequeña luz que abre el túnel de la Libertad hacia una mejor democracia, a pesar de todos los intentos por desprestigiar el sistema que mejor funciona, así se pretenda dinamitarlo desde el gobierno.
En Lima, el centro político que no despertaba en la magnitud que puede y debe de hacerse, se ha logrado un primer avance que hay que cuidar y proteger, porque los extremistas no se van a quedar tranquilos: han perdido el rumbo de demolición y han sido repudiados por el Pueblo que tanto odian, pero en cuyo nombre han estado fomentando divisiones y resentimientos incalificables. El Perú ha demostrado sensatez y tenacidad para dar el primer paso en la recuperación de valores, principios y virtudes.
En estos meses que preceden a la juramentación de alcaldes por la democracia, hay que armar los mejores equipos, con los mejores cuadros técnicos y profesionales y a la vez, se tiene que fortalecer cada organización política para tener estructuras de respaldo en la movilización ciudadana y en la expresión de control y auditoría de entrada. Tenemos que ser exigentes para que se cumplan los principales compromisos y tenemos que comunicar cómo se reciben los municipios (deudas, contratos vigentes, número y planilla completa de trabajadores, compromisos financieros y asuntos pendientes). No se debe callar ante los desfalcos, engaños y pagos mal hechos, ante los aspectos turbios que se quieren dejar como lastre y engaño.
Lima debe dar la muestra de liderazgo que se perdió desde que tuvimos alcaldes como Luis Bedoya Reyes por ejemplo: seriedad, amplitud, profesionalismo, convocatoria de fuerzas democráticas, unidad de pensamiento y acción inmediata, visión de conjunto para una ciudad que aspira a mejorar, nunca a retroceder.
Los vecinos y las familias que componemos la ciudad líder del país, estaremos en el camino de la reconstrucción del gobierno local primero, para que en forma inmediata y coordinada, en paralelo, hagamos del impuso ciudadano la fuerza, la voz y el respaldo que necesitan todos los distritos del país donde gentes jóvenes y mujeres de talento han logrado llevar con su ejemplo, la conquista de un voto de esperanza y triunfo que nadie puede objetar.
Hemos vencido al odio, venceremos a los obstruccionistas del odio, reconstruyendo nuestras ciudades, desde las municipalidades.
Imagen referencial, Rafael López Aliaga, Alcalde electo de Lima (Facebook)