Inicio la entrada con una frase afín a la próxima publicación del “cuento”, que cada Agosto por orden constitucional, producen desde el “monasterio” MEF. Uso correctamente el titulo de, monasterio entre comillas, porque es un convento alejado de la población en el cual sus miembros quieren la santidad; pero a diferencia de los usuales, éste, sin cambiar sus hábitos.
En estos tiempos difíciles es necesario decir todo aquello que no te dicen los medios, y me atrevo a incluir, a todos los “Think Tanks” de moda. Si, porque no te dirán las “reservas centrales” del Banco Central de Reservas, ni los “demonios” en los “cuentos” del “monasterio” de las economías y las finanzas.
Lo hacemos, a pesar que durante esta época muchos salen a la prensa a hablar, incluso los ex jefes del “monasterio”, porque saben que es cuando se emite el “cuento anual de final conocido”, que a diferencia de los de Disney como la Cenicienta, Blanca Nieves o Rapunzel, tienen “final feliz” pero los del MEF, tienen “deficit fiscal”.
No olvidemos que Pedro Castillo recientemente llegó al poder con la bandera de establecer una “economía popular con mercados” donde establecería “control de la economía”, con el propósito de no afectar “la mesa popular”. Estableció así, una pretensión de “legitimidad”, que si bien la destruyó con propia mano, no quiere decir que otro no la pueda levantar.
Tres datos. 1) Todo el estado, que representa anualmente entre 18-20 por ciento de la economía, tiene deficit recurrente y financia sus operaciones con endeudamiento. 2) La deuda es creciente desde el 2012 llegando al 36 por ciento y 3) existe falta de “legitimidad fiscal” en los gastos del estado. Legitimidad, entendida como la confianza que gana el estado mediante el apropiado gobierno de la recaudación y del gasto de los tributos. Este factor, que es determinante en la pretensión de cambios por parte de la ciudadanía, no se toma en cuenta en la elaboración del presupuesto.
Así, por ejemplo, recién en el mes de Mayo del presente año, con ocasión del evento InPerú realizado en la ciudad del Cuzco, le preguntaron al “presidente del Perú para los mercados”, el presidente del BCRP, sobre la capacidad del estado para ofrecer bienes públicos. De su propia boca, dijo: hay deficiencias al ofrecer salud y educación; incluso se debe mejorar la justicia. Los términos que uso para la justicia fueron “hacerla previsible” y “adecuada”. No buena y oportuna, ni que sea necesario erradicar a “vivos y allegados” del dinero del pueblo.
Pero Julio Velarde y Alex Contreras, que teniendo doctorado y maestría -honestamente no es importante-, ambos, sin faltarles el respeto e incluyendo a la burocracia dorada que dirigen (BCRP y MEF), no pueden pretender que los peruanos salgan a defender su “chamba”, la independencia del BCRP y la efectividad de las políticas publicas; sin que ofrezcan mejoras concretas en la “legitimidad fiscal”. No están para vociferar, pero si, para hacerse sentir.
De acuerdo con la Contraloría, la estimación de “corrupción e inconducta funcional” es 13.5% (promedio 2021-2022) totalizando unos 6,780 millones de dólares. Por tipo de Gasto está en tres rubros: a) Inversiones en Obras 16.8% , b) Gastos ordinarios en Bienes y Servicios 12.8% y c) otros 11.9%. Estas cifras se refieren a los gastos para “vivos y allegados”; y el trabajo para mejorar en este objetivo, produce credibilidad, predictibilidad y mejora la inversión.
Todos sabemos que en el Perú, no estamos “jugando” en el primer mundo. Acá se pierde la categoría muy rápido [se regresa a la pobreza]; y por lo tanto, se requiere no dar por sentado nada, “do not take it for granted”, como dicen los gringos. Por ejemplo “todos” te dicen que los gobiernos subnacionales y locales no ejecutan porque les falta “capacidades”, proponiendo, por tanto, más gasto en capacitación como solución cada año.
Lo que no te dicen, es que respecto de la gestión presupuestal: todos los gobiernos durante los últimos treinta años no han propuesto medidas para solucionar el gasto en “allegados y vivos”. Si solo se hiciera eso, muchas de las quejas y escándalos, no se escucharían. Pretender mejorar la inversión “concediendo y promoviendo” pero no solucionando los malos hábitos repetitivos es incongruente.
Por otro lado, es evidente que tenemos una gestión presupuestal territorial que es como una combinación de un “colador” y el “juego del cuy”; por donde se desperdicia recursos y entran muchas ratas, más que un solo “cuy”. Pero nadie ha escuchado una propuesta técnica desde el MEF y BCRP al respecto.
En esta entrada, no voy a hacer una evaluación respecto de la gestión de “presupuesto por resultados” que impulsa el MEF para no extenderme. Pero entre los resultados que busca, no está el eliminar la reclamación popular por aprovechamiento de “allegados”. Tanto no está, que incluso para la solución, se dice que se requiere: gente “capacitada y honesta”. Sobre esta falsa e increíble respuesta me voy a referir en otro momento.
Es evidente que la gestión presupuestal del estado confirma que existe una conducta permisiva con la desorganización y la informalidad pública para seguir validando a un estado “señorón” ocioso, reumático, con falta de voluntad para moverse por si mismo, dejando que aprovechados vivan de el.
Como en este blog no “afeitamos” evaluaciones por considerarlo de lo peor, puedo decir luego de revisar la prensa, que todas las voces que he escuchado, incluso de los que han estado en el MEF; cuando les tocó a ellos, construyeron su propio “cuento”. Es decir, sin propuestas concretas y medibles para disminuir el gasto por inepcia, despilfarro y corrupción.
Bueno pues vamos a “mojarnos” para no estar en ese mismo grupo. Una propuesta concreta con el propósito de reducir el 16.8% de promedio anual por corrupción e inconducta funcional en el rubro de Inversiones es: “Economía: No debe hacerse presupuesto anual de inversiones”. Recordemos que la cifra de la Contraloría implica acumulados en cinco años, un presupuesto por 34 mil millones de dólares por inconducta funcional y corrupción.
Por lo tanto es evidente que “No debe hacerse presupuesto anual de inversiones”. Considero que gobernar es, acabar con el chantaje y condicionamiento anual, de “allegados” quienes conviven con las empresas públicas, regiones, provincias y distritos. Además, la forma de reducir el aprovechamiento de “allegados”, está en “unir planes y proyectos en un solo gran esfuerzo conjunto de macro regiones a mediano plazo y con metas e indicadores semestrales”.
Adicionalmente, tenemos anualmente unos 6 puntos y medio del PBI, aproximadamente US$ 14 mil 400 millones de dólares, que siendo parte del gasto público, no tienen apropiada supervisión. Dentro de esta cifra es evidente que solución urgente se necesita a +/- US$ 7,300 millones dentro de FONAFE. PetroPerú por US$ 3,700 millones y US$ 3,600 millones de EsSalud.
PetroPerú, que en promedio representa cuarenta por ciento del “mercado”, tiene problemas que requieren atención constante y de cuidado intensivo, por varios años. Cuatro datos para dimensionarlo: PetroPerú tiene ratio de endeudamiento de 3.6 veces su patrimonio, sus pasivos totales financian el 74 de sus activos, el repago del alto endeudamiento está previsto entre 2032-2047; y a junio 2023, tiene perdidas operativas por US$ 380 millones de dólares más.
No voy a armar enredo cifras, menos para que no me entiendan. Pero en síntesis, los diferentes directorios de PetroPerú, nombrados por los gobiernos de izquierda incapaz, han permitido que los costos del proyecto “refinería de Talara”, financiado con alto endeudamiento, sigan creciendo por retrasos, que está afectando la operatividad económico financiera de toda la empresa.
No olvidemos que fue Kurt Burneo cuando era ministro, quien le dio a PetroPerú 2,250 millones de dólares del dinero de todos los peruanos (durante el 2022), para evitar que “rematen la boleta de empeño” bajando la calificación crediticia. Porque la gente de Pedro Castillo, que estaba llevándose el sencillo, no dejaban auditar balances.
Ese monto, incluyó mil millones de dólares como capital y 500 millones como línea de crédito, adicionales a un aporte previo de 750 millones; y así con todo, bajaron la calificación crediticia de PetroPerú. Ahora además, tenemos al mismo Kurt Burneo, pero como un director de ElectroPerú, nombrado desde Marzo a propuesta de su ex “vice ministro”. Hoy Ministro de Economía y “jefe del jefe” de FONAFE.
Lo que quiero decir es que el problema en PetroPerú, como en otras instituciones del estado, se genera por mal nombramiento de directores y el no exigir gestión de acuerdo al interés de la nación sino por intereses políticos. ¿Que requiere PetroPerú para salir del problema?. Simple, operar con efectividad durante varios años para generar los ingresos que le permitan pagar lo que debe. Para ello requiere: a) directores que se responsabilicen con lograr el resultado requerido.
Sería genial que PetroPerú incluyeran el devolver el dinero de los peruanos que ya les dieron, cosa que dudo mucho. Ello por el “pulpo burocrático” que lleva dentro que no se mueve a la velocidad que se necesita; y la pesada carga operativa y financiera que lleva. Por lo tanto, otra propuesta es: que “el deber fiduciario de los directivos que nombra el estado, debe ser exigido por parte de FONAFE, mínimo con reportes oportunos y documentados”.
¿Cuál es el problema en la “señorona” EsSalud de 87 años? que gasta 3,600 millones de dólares anuales para 405 centros asistenciales; pero cuenta con directivos que le esconden a sus asegurados, que no van a dar solución a sus necesidades.
Los representantes del estado y del sector privado, incluyendo los que representan al Ministerio de Trabajo, CONFIEP, Cámara de Comercio de Lima y de las agremiaciones sindicales y de jubilados, que representan a los trabajadores. Saben que: a) entre 2008-2023 el crecimiento del gasto ha sido mayor de lo que crece el número de asegurados; b) que gastan la totalidad de su presupuesto, y que crece a un ritmo de +/- dos cientos millones de dólares por año. Por lo tanto, no acumulan capital para financiar, con recursos propios, un programa de inversiones.
Un programa razonable, que ayude a mejorar su productividad, puede situarse entre 6-9 por ciento de sus ingresos por año. Sin embargo, no son capaces de generar los ahorros para hacer frente a sus necesidades con recursos propios aunque sea de manera intermitente. Como ven hay problemas puntuales cuya solución mejoraría la imagen del estado, con la sola adecuada selección de directores por periodos razonables.
Termino recordando a Manuel Seoane: “la existencia de medios de pagos simbólicos [refiriéndose a la emisión monetaria] no es mala en si misma. Depende de como se usa, de que ritmo lleva en relación a la producción y los servicios. Si excede la formula normal, se convierte en el flagelo de una inflación sin objetivos”.
Seoane explicó magistralmente “que el mundo estaba enfermo de inflación monetaria” y que la “maquinita” a finales de los cincuenta se movía a velocidad por el deficit fiscal; y a una velocidad mayor, por la creación de dinero desde los bancos (crédito).
Hoy detrás de nuestra moneda, está la credibilidad que como “estado” en conjunto tenemos. En ello, el Banco Central ha jugado un rol determinante. Entonces ¿cómo nos defendemos de la inflación de los precios importados que vivimos? frente a esa inflación, ¿no hay como defenderse?. La respuesta, que dio Seoane está más que vigente que nunca: “la simple actitud de la queja, de la rabieta, del lloro o del insulto, no resuelve el problema porque los precios no hacen caso” […] “es necesario con medidas, crear una voluntad colectiva que sea capaz de ponerle atajo al flagelo”. Lo mencionado significa identificar los “reales enemigos” que impiden ejecutar lo postergado que necesita el pueblo.
En resumen, atender lo coyuntural y postergar lo estructural, por parte del MEF, negando de esta manera que mantienen “hijos de padrastro desconocido” (llamados: inepcia, despilfarro y corrupción) con dineros del pueblo; y no realizar aportes por parte del BCRP, en cuanto a la mejora de la gestión, ocasiona falta de liderazgo y perdida de legitimidad.
Así como en los Estados Unidos, las empresas están desarrollando “patriotic economy” o la economía patriótica, concepto que relaciona a personas y empresas para comprar, producir e invertir su dinero de acuerdo con sus valores, en la Economía de la Libertad, relaciona la legitimidad fiscal que exige el ciudadano-contribuyente, con lo que el estado debe producir y hacer.
Por ello, por más que hagan cursos de extensión para ingresar a esas instituciones, la “tecnocracia del BCRP y MEF” que trabaja y ha trabajado allí; tiene que dejar de hablar a media voz y realizar aportes, para no ser considerados cómplices o corresponsables de la falta de #LegitimidadFiscal de la gestión de los gobiernos de los últimos treinta años.
#LegitimidadFiscal #EconomíaDeLaLibertad