Anteayer fue interpelado el ministro de Educación por el robo de las pruebas de evaluación de los maestros. Por supuesto, se sigue “investigando”. ¡Qué graciosos!
Hoy los comunistas allegados a Conare y Movadef controlan la educación y los caviares protestan por la pérdida de lo que consideraron por largo tiempo su coto de caza, en el que se aprovecharon millones de soles en asesorías, capacitaciones y consultorías.
Por años hemos escuchado hablar de “‘quinquenios de la educación” pero sin mayores logros. Exiguos avances en la prueba PISA, infraestructura que se cae a pedazos y compras de dudosa calidad e insuficientes.
Hoy nos “gobierna” un profesor que no se sabe hacía cuánto tiempo no enseñaba y que como “líder sindical” se opuso tercamente a la meritocracia. En tanto desde el “gobierno” se viene impulsando la ruptura del SUTEP y cuya presa mayores sin duda es la Derrama Magisterial que mueve millones de soles.
Hablar de educación hoy en día es referirse a un mecanismo de “propaganda” de ideologías aberrantes y de odio. Qué lejanos están los días en que se enseñaba valores y civismo. Esto no es de ahora. Desde el gobierno militar de Velasco a través de la educación se promocionó la lucha de clases, incluso con el apoyo de curas infiltrados que promovieron la llamada “teología de la liberación”, que no es sino una visión marxista que distorsiona el Evangelio.
¿Qué nos espera este 2022? ¿Volverán las clases presenciales en colegios devastados? ¿ Qué hacer para recuperar dos años perdidos y millones de estudiantes con severas lagunas en sus conocimientos?
En Alemania, me recordaba mi amigo Rudy, se entrega a los niños en su primer día de clases conos con dulces, útiles, juguetes y frutos secos (Schultūte). Representan el paso del hogar a la escuela, con un significado de “que todo irá bien”.
En el Perú necesitamos millones de Schultūten que incluyan nuevos gobernantes, nuevos ministros y nuevos congresistas. Qué se vayan todos. No han dado la talla. Repartamos de nuevo las cartas¡