Acabo de regresar de Paracas y sus bellas playas, todas amplias y con un mar que las baña de riqueza. Los pescadores alimentan cada jornada con esfuerzo y travesías derrotando el viento y las olas. Los turistas admiran la amplitud de una cultura que hizo maravillas para llenarla de historia.
Aquí todos conocen la experiencia del Libertador Don José de San Martín, que reposando bajo la sombra de un árbol, soñó con el vuelo de aves de amplias alas rojas y pecho blanco, inspiración para una bandera de esa Patria que vino a proteger en su integridad sobre el dominio colonizador.
Como el sueño de un hombre siempre enamorado –que jamás pierde la esperanza de encontrar a su amada a pesar del tiempo y la distancia entre ellos- San Martín estaba convencido de esa Nación para forjar su camino y le entregó una bandera de inspiración, también amada por él.
El mes de julio no es de recuerdos sino de virtudes y valores que nacen en las gentes que quieren un rumbo cierto con líderes que entregan sus anhelos para construir esperanzas.
El 28 de julio no es una fecha del calendario, es un momento en la historia que forjamos, es el abrazo entre peruanos de antes, de ahora y del mañana. El 28 de julio no nos debe encontrar distanciados sino unidos en los objetivos y en las resoluciones de una agenda política completa, un proyecto para caminar de la mano hacia el destino que vamos a lograr para todos en un país igual –también- para todos.
Construir, equilibrar, comprendernos y entendernos aún en la complejidad de las prioridades es el sentimiento que cada peruano debe formarse y extender en sus familias.
Si logramos construir con tenacidad y sensatez, con tiempos de ausencia de soberbia y vanidad, el poder de la Nación se convertirá en el eje de un liderazgo imparable en lo social, educativo, cultural, económico y político.
Como en la visión del Libertador, como en la ilusión de cada niño y Padre por hacer mejor cada día y cada momento de la vida, digamos que veo en mis sueños lo que quiero para mi Patria.
Somos un gran país, el Perú que todos amamos, aunque a veces como en el amor, nos distanciamos sin dejar de recordar, sin dejar de amar.