Con la redacción de Salvatore Cernuzio – Ciudad del Vaticano, vía Vatican News
“Todos, todos, todos”. Lo dijo en Lisboa y lo repitió en numerosas ocasiones para reiterar ese principio de acogida en la base de la misión pastoral de la Iglesia y también para encuadrar las bendiciones para las parejas “irregulares” (incluidas las homosexuales) como propone el documento doctrinal Fiducia Supplicans. También a la revista Credere, periódico del Grupo San Paolo a la que concedió una entrevista que se publicará en el número de mañana, 8 de febrero, el Papa Francisco vuelve a la cuestión de las bendiciones – que han generado diversas reacciones y polémicas – y repite lo que ya se mencionó en la audiencia al Dicasterio para la Doctrina de la Fe que redactó la declaración: “No bendigo un ‘matrimonio homosexual’, bendigo a dos personas que se aman y les pido también que recen por mí”, explica El Pontífice en la conversación con el director Don Vincenzo Vitale. “Siempre en las confesiones, cuando llegan estas situaciones, personas homosexuales, personas casadas nuevamente, siempre rezo y bendigo. La bendición no se le debe negar a nadie. Todos, todos, todos. Atención, hablo de personas: las que son capaces de recibir el Bautismo”.
“Los pecados más graves – añade el Papa – son aquellos que se disfrazan con una apariencia más ‘angelical’. Nadie se escandaliza si doy mi bendición a un empresario que quizás explota a la gente: y esto es un pecado gravísimo. Mientras se escandaliza si se lo doy a un homosexual…. ¡Esto es hipocresía! Todos debemos respetarnos unos a otros. ¡Todos! El corazón del documento es la acogida”.
Los Movimientos son buenos cuando encajan en la Iglesia
En la entrevista con el semanario, que celebra los diez años de su fundación, creada con motivo de la elección de Jorge Mario Bergoglio en 2013, el Papa recorre los años de su pontificado entre confidencias personales, como sus diálogos con los ancianos o sus memorias de Buenos Aires, o temas muy actuales, entre ellos el Jubileo, un “acontecimiento de gracia” ante el cual es necesario “redescubrir el valor y la necesidad de la oración”.
El Papa habla también de los movimientos eclesiales y de la implicación de los jóvenes en experiencias pastorales como las del Tercer Mundo o de los países latinoamericanos, donde se habla en un lenguaje “sencillo”. “También hay realidades ‘sofisticadas’, que no llegan, movimientos algo exquisitos”, dice Francisco, o más bien “refinados”. Estos movimientos, afirma, “tienden a formar una ecclesiola, de personas que se sienten superiores. Estos no son el pueblo santo y fiel de Dios. El pueblo de Dios está hecho de creyentes que saben que son pecadores y siguen adelante. No estoy en contra de los movimientos que hacen tanto bien”. “El movimiento – explica el Pontífice – es bueno cuando te inserta en la Iglesia real, pero si son selectivos, si te separan de la Iglesia, si te hacen pensar que eres un cristiano especial, esto no es cristiano”.
Es importante la presencia de mujeres, no la ministerialidad
La respuesta del Papa sobre el papel de la mujer también es clara, a la luz de los continuos llamamientos a devolver un “rostro femenino” a la Iglesia o, el más reciente, a “desmasculizar” la Iglesia. Francisco reitera la diferencia entre el principio petrino y el principio mariano: “La Iglesia es mujer, es esposa. Pietro no es una mujer, no es una esposa. ¡La Iglesia como esposa es más importante que Pedro como ministro!”. Luego añade que “es importante abrir el trabajo en la Curia a las mujeres”, subrayando cómo las mujeres “ayudan al ministerio”. Basta mirar los pequeños pueblos donde no hay sacerdotes y las monjas dirigen las parroquias, bautizan, dan la comunión, realizan funerales. “Lo más importante no es el papel ministerial de las mujeres, pero la presencia de las mujeres es fundamental”, comenta el Papa.
Futuros nombramientos en la Curia Romana
Y mirando a la Curia Romana, donde a lo largo de los años se han producido varios nombramientos femeninos, afirma: “Ahora hay varias mujeres y habrá más, porque lo hacen mejor que nosotros los hombres en ciertos encargos”. El Papa Francisco cita a la secretaria de la Gobernación, sor Raffaella Petrini, “las mujeres que están en el Dicasterio para elegir a los obispos” (la propia Petrini, luego sor Yvonne Reungoat, ex superiora general de los Salesianos, y María Lía Zervino, ex presidenta de la UMOFC, ed.), sor Alessandra Smerilli, secretaria del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, y otras: “Todos estos son lugares que necesitan mujeres”.
Finalmente, cuando se le pregunta si se da cuenta de que ha iniciado “un cambio de época” desde este punto de vista, el Papa responde: “¡Realmente no! Me dicen que si…. Estoy avanzando lo mejor que puedo”.