La inseguridad (y no solo la “percepción” de tal) no es de ahora sino es un problema que ya se ha vuelto enďémico; producto de una serie de factores como la existencia de gobiernos incapaces sin voluntad política para combatir el crimen en todas sus modalidades, la falta de una estrategia integral y por cierto de una policía sin mandos idóneos y sujetos al manoseo de los políticos de turno.
El delincuente hoy en día está “más protegido” que un policía que lo combate y el sistema judicial no cumple con eficiencia (lean bien, eficiencia; no eficacia) su rol acusando, juzgando y condenando a quienes infringen la ley.
La anunciada y enésima declaratoria de emergencia en Lima no parece ser sino una respuesta para frenar no el delito sino a las protestas contra este gobierno comunista incapaz. El anuncio de la persecución contra quienes “organizan fiestas este 31 de octubre” por parte de la unidad de lucha contra delitos informáticos ya parece una broma de 28 de diciembre y no un acto de gobierno de un presidente balbuceando y que no articula un mensaje coherente.
La dejadez e incapacidad es una realidad; ¿pero qué hay en el fondo? ¿Acaso está detrás la mano del G2 y el castrochavismo para tener a un pueblo sumiso y aterrado?
En los 80s, los padres putativos de los actuales gobernantes en el poder quisieron imponerse mediante acciones terroristas que provocaron miedo y zozobra. ¿Hoy ése es el método de Castillo?
Junto a ello nos queda claro que las medidas de este gobierno buscan empobrecer a la sociedad, destruir la base productiva y esclavizar a los peruanos como en Cuba y Venezuela. Las medidas restrictivas para que restaurantes y lugares de diversión no operen este 31 van en esa línea, sobre todo en un sector duramente golpeado por la crisis derivada no solo por la pandemia sino por la gestión del genocida Vizcarra y su sucesor Sagasti.
Frente a medidas como las indicadas solo queda que los ciudadanos digan BASTA y el Congreso, Primer Poder del Estado, vaque de una vez por todas a la dupla de incapaces Castillo-Boluarte.
Fotografía refeRencial RPP