Que no es muy atractivo a los 10, a los 25, los 30 y un poco más inclusive, es cierto, porque cuando te hablan de pensiones y de jubilación, se trata de un idioma muy extraño, demasiado lejano en el tiempo y en el conocimiento de los trabajadores y en especial, de los más jóvenes, que muchas veces creen que les están haciendo una predicción del clima y no una proyección de sus ingresos cuando dejen de trabajar. Y es que “les transmiten información sin explicación”, ese es el gran drama y la puerta de la complejidad previsional.
Más que educación financiera, se trata de alfabetización e inclusión presupuestal para el futuro, tan simple como decirlo, tan necesario como detallarlo con un abecedario de términos y conceptos que no son aburridos, sino que se hacen super interesantes si sabes transmitirlos, como a tí te gustaría que lo hagan.
No se trata de las fotos del momento, sino de la película de la vida, por la cual, vas hilando etapas y vas construyendo con tu dinero, el ahorro que te hará tener, poseer y adueñarte de un capital importante que seguirá creciendo con tus años de vida y de acumulación futura (de dinero o de años de aportes también). Construyes tu castillo de ladrillos irrompibles, formas un muro de contención, una plataforma de esperanza y seguridad mínima. ¿Eso te lo explican así?
De cada diez trabajadores peruanos, aproximadamente seis no tendrán un ahorro significativo o un aporte mínimo para cobrar mensualmente una pensión de jubilación hasta su fallecimiento. De cada diez trabajadores peruanos, seis no tendrán jamás una pensión de jubilación y tal vez, quizáz, de repente sean favorecidos con algo, con una especie de propina, pero esa propina o limosna NO es ni será una pensión de jubilación, sino demagogia financiera y populismo monetario, pobreza extendiendo la mano.
El compromiso con las pensiones de jubilación y las de sobrevivencia, es un negocio político que juega al abandono de los más viejos, desde que son jóvenes. Esa es la realidad, tristísima realidad.