En estos momentos mi Papá, a sus 89 años llora incansable mientras agoniza, mientras mi Mamá ya se fue al cielo luego de una terrible condición de abandono y maltrato del Seguro Social del Perú y él seguramente, no sabe si quedarse a cuidar a sus nietos e hijos, o ir en busca de su esposa que por 67 años de matrimonio, le hizo el hombre más feliz y amado del mundo.
Dicen que estamos en medio del Covid, yo digo que estamos en medio del asesinato provocado de millones de seres humanos para enriquecer a cobardes políticos ladrones, corruptos gobernantes y sus cómplices en la tarea de robar al pueblo su presente, su historia y su futuro.
No me importa si creen que lo que escribo es pasible de recibir una denuncia por difamación, porque no difamo a nadie diciendo la verdad con mi opinión y tristeza, con mi opinión y dolor humano, y si eso es condenable, por favor, condénenme y devuélvame con vida a mis padres.
Más de cien mil peruanos han fallecido pero no por el Covid, sino por la miserable e insensible actitud delincuencial del gobierno de Vizcarra y ahora, de Sagasti y la prensa que defiende estos crímenes.
En estos momentos, llevo más de 72 horas entre ver a mi padre resistir su agonía, y tratar de dormir unos minutos para seguir de pie, a su lado, tocando su mano, su frente, limpiando la sequedad de su rostro y humedeciéndolo con mis lágrimas, al igual que miles de peruanos que a diferencia de mi caso, no tienen balones de oxígeno, ni concentradores, ni medicinas, nada, absolutamente nada mientras el gobierno y sus funcionarios siguen matando al pueblo para enriquecerse.
En estos momentos, quisiera tener una pistola para disparar a los que han asesinado a mis padres, pero no puedo igualarme en la podredumbre a esos bastardos de la muerte, no puedo porque soy un hombre de Fe.
Juré ante la agonía que iba a dar mi vida por algo superior y hoy comienzo, a minutos del deceso de mi padre, a cumplir mi promesa, en nombre de ellos y permítanme los que quieran, en nombre de sus hermanos, padres, mamás, hijos y abuelos. Voy a luchar incansablemente por llevar a la cárcel de por vida a Vizcarra, Zamora, Mazetti, Molinelli, Sagasti y todos los que son responsables –en mi opinión- de tantas miles de víctimas y de tantas decenas de miles de víctimas también, pero añadidas (huérfanos, viudas, viudos, abandonados, familias sin alguien a su lado).
El Perú no pide venganza, exige Justicia.